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Desde que nació, hace 26 años, el INM es cueva de abusadores y del amigo del Presidente en turno

El Piñero

Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).- Una niña hondureña de 16 años fue alojada el 27 de septiembre de 2013 en la estación migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM) en San Luis Potosí. Días después, un funcionario se presentó en esa estación con aliento alcohólico e ingresó al dormitorio de las mujeres y menores de edad; de ahí se llevó a su oficina a la niña de 16 años y a una más, también menor de edad.

Ahí hablaron sobre su situación migratoria hasta que empezaron las agresiones sexuales y, luego, el retraso injustificado de la repatriación de una de ellas.

En este relato, que forma parte de una de las 53 recomendaciones que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha hecho al INM desde su fundación, se sostuvo que las conductas del funcionario fueron graves porque se aprovechó de su cargo, y que además acudía periódicamente bajo los efectos del alcohol a desempeñar sus funciones de delegado federal del INM.

También quedaron inmiscuidos quienes dejaron entrar en todas esas ocasiones al delegado, un agente del Ministerio Público de la Federación que fue informado de lo sucedido inmediatamente después de ocurridos los hechos y solo “recomendó” denunciar ante “Derechos Humanos”, a pesar de tener a su cargo el cuidado de la niña.

Este tipo de casos han sido denunciados durante años por las organizaciones civiles que acompañan a los migrantes en tránsito, sobre todo desde el año 2010 cuando el flujo migratorio centroamericano registró un incremento notable.

El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubon, presentaron esta semana un nuevo plan para atender de manera urgente el acceso de migrantes a México y las tareas del INM, que el día de ayer se quedó sin titular luego de la renuncia de Tonatiuh Guillén López, no se han especificado.

De acuerdo con investigadoras y estudios, la institución en México encargada de la migración, está rebasada y luego de sexenios en los que se utilizó como una instancia para cubrir cuotas políticas que no lograron desarrollar “una cultura de derechos humanos”, no se tiene un organismo que pueda hacer frente.

El INM se creó en 1993 y en 2005 se declaró instancia de seguridad nacional dependiente de la Secretaría de Gobernación. Es en 2010, tras la matanza de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, cuando las denuncias por maltrato y abusos hicieron evidente que los procesos de actuación del INM, sus agentes y las estaciones migratorias estaban de cualquier escrutinio.

En ese entonces, la panista Cecilia Romero Castillo, titular del INM por invitación de su amigo el Presidente Felipe Calderón Hinojosa, consideraba que el turismo sexual, el comercio de mujeres y las redes de pederastia eran males que no se podían erradicar.

Cuando Romero Castillo abandonó el puesto, luego de la matanza de migrantes más cruel en la historia de México de la que se tiene registro, dijo simplemente que su paso por el INM y los hechos ocurridos serían “una línea más en su currículum”. De ambas declaraciones dio cuenta el periódico El Universal.

De acuerdo con el estudio “Diagnóstico del Instituto Nacional de Migración: Hacia un Sistema de Rendición de Cuentas en pro de los Derechos de las Personas Migrantes en México”, elaborado en 2013 por Insyde y Sonja Wolf, actual investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), los nombramientos de mandos medios y superiores dentro del INM obedecieron más a cuotas políticas, lo que provocó que personas sin el perfil idóneo fueran contratadas con base en vínculos familiares y partidarios, entre otros.

“Esto contribuye a que se reclute a personas que no necesariamente tienen los conocimientos requeridos para el cargo y el debido compromiso con los derechos de los migrantes”, destaca el informe.

Sobre los procesos de actuación, el estudio señaló que los agentes, los puntos de internación y la red de estaciones migratorias y estancias provisionales, se encuentran prácticamente fuera del escrutinio de cualquier observador independiente.

Y en el desempeño se detectó una “escasa interpretación de las buenas prácticas de transparencia y acceso a la información, así como de la omisión de estándares internacionales de protección de los derechos humanos de la población migrante”.

“El INM carece tanto de una academia de formación migratoria como de un programa de formación inicial. Por consiguiente, no se le instruye al personal antes de ingresar al servicio, sino que luego de la contratación se le da una inducción al Instituto y se le ofrecen capacitaciones en distintos temas […] se desconoce cuánto aprendió cada persona, y las posibles lagunas de conocimiento podrían afectar, en última instancia, la calidad de la labor que realizan”, agrega el análisis.

Finalmente señala que el INM no cuenta con un sistema de supervisión que le permita tanto a la oficina central enterarse de los acontecimientos en las 32 Delegaciones Federales, como a los mandos medios y superiores en las Delegaciones percatarse de las acciones que toman –autorizadamente o no– sus subordinados, por lo tanto no hay un protocolo que regule el uso de la fuerza por parte de sus servidores públicos.

EL INM REBASADO

En entrevista con SinEmbargo, Ana Saiz, Directora de Sin Fronteras, dijo que ante el actual reto migratorio, es evidente que tanto la Secretaría de Gobernación y por lo tanto el INM están al margen, cuando son los que tienen las facultades legales en materia y hoy el INM parece ser “un cero a la izquierda”.

“Lo deseable con el INM, dentro de los acuerdos, tendría que hacer un gran despliegue para documentar a las personas, para el registro y documentación en su caso y darles la opción regular. Es un operativo para hacerles saber sus opciones de estancia regular; un despliegue para garantizar el derecho a la información de las personas migrantes”, dijo.

Agregó que la única manera en la que se puede enfrentar este reto de movilidad humana es con una manera multidisciplinaria y en eso el “INM está totalmente rebasado […] queda por completo en duda lo que pasará con el INM. No sabemos qué instrucción se le está dando a la Guardia, las Estaciones Migratorias están a su máxima capacidad, no entendemos el tipo de operativo, se habla de registrar a la gente pero no hay nadie del Registro Nacional de Población (Renapo)”.

Sonja Wolf, dijo al respecto que el Gobierno sabrá por qué hace ciertos anuncios y por qué no menciona al INM, cuando por sus funciones que tendría que participar en cualquier trato o acuerdo con los migrantes y refugiados.

“El INM se dedicaba a la gestión y eso no ha cambiado.  Ahora estamos con el despliegue de la Guardia Nacional, ese es un elemento nuevo que obviamente antes no existía y que está causando cierta preocupación. El trabajo en el terreno es del INM y tiene que estar ahí. Por todos los esfuerzos que México pudiera hacer en el tema, la migración es difícil de controlar como Estados Unidos lo pide”.

Ambas analistas consideraron que se dejó de lado en las prioridades una reforma integral al INM. La Directora de Sin Fronteras comentó al respecto que cuando llegó el nuevo titular había cierta intención junto con el Comité Ciudadano del Instituto para trabajar en alguna propuesta de reforma.

Para Wolf, era necesaria previa a la crisis actual, pero ahora la realidad se impuso, “las intenciones se anunciaron pero es difícil saber hacia dónde iban esas intenciones. Hemos visto un cambio en el discurso pero tampoco es nuevo, los gobiernos anteriores también habían aludido a los derechos humanos, a aspectos más humanitarios, pero esto no se ha implementado. Con este gobierno hemos visto la intención y lo interesante era el nombramiento del nuevo comisionado, que es un académico de carrera del Colegio de la Frontera Norte. Eso creó expectativas pero una persona no puede cambiar el INM por sí sola en poco tiempo”.

El día de ayer a través de la cuenta de Twitter del INM, se anunció que el doctor Guillén tomó la decisión de renunciar a su cargo como titular del organismo. Al cierre de esta edición, ni Presidencia de la República ni la Secretaría de Gobernación habían hecho el anuncio de quién ocuparía el puesto.

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