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“El dedo” absolutista de Yunes, dueño de los cargos públicos

Paulo Hernández

 

Veracruz, 17 de noviembre de 2016.- 1

Si los dos años de la Yunicidad serán democráticos, entonces, el góber electo se cortará “el dedo absolutista”.

Y si los 24 meses se reducen a una simple y vulgar alternancia (“Quítate que ya llegué”), entonces, “el dedo” crecerá implacable en el Veracruz “de un solo hombre”, a saber, Miguel Ángel Yunes Linares.

Y es que si la alianza PAN-PRD expulsó del palacio de gobierno de Xalapa al PRI, un iluso, un soñador, cualquier utópico apostaría “veinte y las malas” que ha sonado el momento de construir la democracia que nunca, jamás, hemos tenido en la vida pública.

Incluso, y para ejemplificar una realidad común y sencilla ahí están los casi 6 años del “prófugo de la justicia” en que dominara el Club de Tobi en todos los puestos para los hombres, sólo dos mujeres en 19 secretarías del gabinete legal.

No obstante las primeras nubes han aparecido.

En el equipo de la Yunicidad, por ejemplo, hablan de un par de tribus. Los viejos, los amigos que hace unos 40 años iniciaran en política con el Yunes priista durante 26 años y panista desde hace unos doce, trece, catorce quizá.

Y la otra tribu, “la nueva generación” como le llama el secretario General del CDE del PAN y regidor boqueño, Carlos Valenzuela, para quien “los viejos yunistas”, con el patriarca a la cabeza, ya llegaron “adonde tenían que llegar” y ahora les toca a ellos.

Y les toca a ellos, dice con una insólita firmeza, armar el tinglado para que en el año 2018 lancen al presidente municipal de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, como candidato a gobernador y el padre herede la estafeta al hijo.

Valenzuela está seguro, porque, alardea, fue el único panista que vislumbró, sin una bolita de cristal, el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos.

Lástima, por cierto, que sus relaciones políticas fueron insuficientes para llegar a Hillary Clinton y advertirle a tiempo la derrota que venía.

2

La tentación del “dedo flamígero” está en puerta.

El consejo general del Órgano Público Local Electoral, OPLE, abrió el proceso cívico para los 212 presidentes municipales a elegirse en el mes de junio de 2017.

Y el góber electo ha de estar sacando punta al “dedo” en nombre de la gubernatura y del poder político y del poder absoluto y del liderazgo natural de su partido, el PAN, a cuyos líderes ha planchado, y del CEN del PAN con un Ricardo Anaya al que ha chamaqueado, luego de ofrecerle las candilejas durmiendo una noche con los lentes puestos en palacio cuando los alcaldes atrincherados, en tanto el alcalde boqueño velaba su sueño para que nadie lo perturbara en brazos de Morfeo.

Y si se parte de la biografía política del góber electo, ninguna duda existe que Su Majestad, Don Dedo, se impondrá por todos costados para nombrar fast track a los candidatos a las presidencias municipales y a las sindicaturas y regidurías que en conjunto significan unos 3,212 cargos públicos.

Además, de la infinidad de los cargos de confianza.

Además, de que ha ordenado iniciar la formal expulsión de algunos (ex) panistas, entre ellos, Juan Bueno Torio, Alba Leonila Méndez y Alejandro “El pipo” Vázquez Cuevas, cuando, oh sorpresa, tienen meses y años de haber renunciado.

Un priista lo define de una manera práctica, sin quebrarse la cabeza con la ecuación teórica: el 2018 pasa por el 2017.

Y quien gane las alcaldías tendrá por ósmosis más posibilidades para ganar las diputaciones locales y federales, las senadurías, la gubernatura de seis años y la presidencia de la república.

La probabilidad aritmética se fundamenta, más aún, en lo siguiente: salvo Ernesto Zedillo quien apostara a la sana distancia de Los Pinos y el PRI, ningún político se ha cortado “el dedo” cuando está en la cima del poder.

Javier Duarte lo expresaba de la siguiente manera:

“Todo gobernador se vuelve sexy”.

Y todo gobernador sexy… enloquece con el poder. Y si el poder es absoluto como será los próximos dos años en Veracruz, enloquece de forma absoluta.

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Un panista de hueso rojo dice que atrás de la mirada bronca y broncuda del góber electo hay un político sereno y ecuánime en la adversidad, frío y calculador y que nunca pierde el control.

Además, que está habituado a enfrentar las cosas y circunstancias sin rodeos.

¡Ah!, y que cada colaborador se cuide si arma una intriga en contra de un compañero porque todo lo sabe, todo le informan, y cuando te descubre te aplica la guillotina sin piedad, inclemente.

Y si la descripción sicológica anterior es cierta, entonces, “el dedo apocalíptico” del góber azul operará en su dimensión estelar para nombrar a los candidatos a las alcaldías, pero también a las curules locales y federales y a la senaduría y ni se diga, cien y las malas, al trono imperial y faraónico en el periodo que irá de 2018 a 2024.

Bastaría recordar que en el chirinismo, impuesto por dedazo como presidente del CDE del PRI camino a la candidatura a gobernador, impuso a los candidatos a las alcaldías en la mayoría de los Ayuntamientos.

Y como “el dedazo” aquel provocó la indignación de los grupos, las hordas y las tribus rojas y operaron por debajo de las cañerías provocaron su derrota en 107 municipios.

Por eso, ahora cuando el góber electo entrará en 13 días al palacio como el gobernador número 74 en la historia local, “el dedo” tendrá mayoría de edad, incluso, más fogoso que “el dedo” del cónsul en Barcelona que designaba hasta los policías y los agentes de tránsito.

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