- Coordinadores en juego
EL PIÑATAZO
Tuxtepec, Oaxaca. — Los tambores de guerra no solo sonarán en los terrenos sociales, en el baño popular, sino también en los cuarteles de los candidatos donde, comúnmente, suelen agitarse los sentimientos y distraerse las funciones.
La historia nos ha enseñado que en las campañas electorales puede suceder cualquier cosa, en cualquier instante, y la capacidad de reacción será vital para enfrentar los ramalazos que puedan registrarse.
Y aquí, ante cualquier contingencia electoral, los coordinadores desempeñarán funciones vitales para que el candidato tenga resquicios de respiro y salga a flote en la tempestad; la rapidez y contundencia de la reacción serán el factor importante y decisivo.
En la disputa por la diputación federal del distrito de Tuxtepec, existen estrategias diseñadas para mostrar al candidato como el hombre del pueblo, de la raza de bronce, del mesías que sofoque los malestares sociales de la que la región es víctima; pero pocos coordinadores no saben cómo emular esa conducta al interior de los equipos de campaña.
El comportamiento que exhiba el candidato en su tenor proselitista debe replicarse en los coordinadores y sus respectivos equipos ya que son y serán parte del proyecto legislativo que el candidato ganador ocupe en sus respectivas tareas; deben ser, pues, la imagen y semejanza para que el proyecto electoral se nutra de buenas voluntades y se exhiba el gesto humilde que el pueblo quiere ver.
Apenas ayer –jueves- el equipo de campaña de una candidata del Partido Acción Nacional (PAN) intentó, a la fuerza, pegar propaganda en el cuerpo de un atleta urbano en un boulevard de Tuxtepec, pero como el atleta se negó, un varón de ese equipo electoral lo insultó y vejó al vaivén de las risas de los demás activistas.
Lo anterior es el resultado y reflejo de una mala estrategia que solo abona al desprecio social y compromete al equipo del candidato que, a como se observa, no lleva en su dinámica de atención un responsable acercamiento con el pueblo. Son, tal vez, cositas que no importan pero que, en suma, implican una torcida ruta proselitista con resultado conducido al fracaso.