Jaime GUERRERO
Oaxaca, es uno de las 16 entidades del país que Estados Unidos ubicó en el nivel “precaución mayor” dentro de la reciente alerta emitida a sus ciudadanos para viajar a México “ante los altos niveles del crimen”, principalmente en el Istmo de Tehuantepec.
Aun cuando la seguridad compete a los gobierno municipales, éstos no han atendido de forma correcta el fenómeno.
Para el presidente de la Cámara Nacional de la Industria restaurantera y de Alimentos Condimentados (Canirac), Onésimo Bravo, la apreciación de Estados Unidos sobre Oaxaca es equivocada, al señalar que “el problema más fuerte que tenemos son los bloqueos y las marchas, no la inseguridad”, declaró.
El empresario restaurantero señaló que si bien la alerta podría tener consecuencias en el alejamiento de los turistas, cada uno de los involucrados en la cadena turística, desde el gobierno hasta los prestadores de servicio, tendrán que aportar para que Oaxaca se mantenga posicionado.
Dentro de lo que cabe, el tema de la inseguridad está controlado. La gran responsabilidad ahora es del gobierno del estado y la Secretaría de Turismo para inyectarle a la promoción; de parte de los prestadores de servicio tenemos que brindar un mejor trato a los visitantes.
Y es que en su aviso, el vecino país del norte establece “prohibición total” en la región del Istmo, que incluye las localidades de Juchitán, Salina Cruz y San Blas.
La clasificación realizada por estados Unidos contempla cuatro niveles, en donde el número más grande es el de mayor peligro, nivel en el que se encuentran países como Afganistán, Siria, Irán, entre otros.
Para el caso de México, la nación norteamericana consideró que no hay ningún estado del país en nivel 1 correspondiente a “situación normal”; en tanto en el nivel dos “precaución mayor”, estableció a Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Guanajuato, Hidalgo, Ciudad de México, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.