Luis Velázquez / Expediente 2017
17 de enero de 2017
La diputada Maryjose Gamboa Torales está poniendo “el cascabel al gato”.
Y aun cuando ha sido tentada por intereses económicos los ha rechazado con su honestidad por delante, entre uno de sus capitales políticos.
Más aún: los grupos que estaría afectado han tocado puertas a la Yunicidad y ella se mantiene inalterable.
Los principios, los ideales, los sueños, las utopías son más importantes.
Bastaría recordar que durante nueve meses, Javier Duarte, el prófugo de la justica desde hace 93 días, la mantuvo encarcelada.
Y ella nunca se dobló ni arrodilló. Tampoco, claro, ahora.
En el Congreso local trabaja en varios carriles, todos, polvorientos.
Uno: hay en Veracruz unos 730 mil discapacitados. La ley es clara: cada empresa de norte a sur y de este a oeste los ha de emplear en un porcentaje (parece el 2 por ciento) del total de trabajadores.
Y oh paradoja, ninguna, absolutamente ninguna empresa cumple con la ley.
Así, tiene lista una ley para aplicar la ley a cada empresa que desacate el mandato constitucional.
En primera instancia, una multa gravosa.
Y luego enseguida, y de ser necesario, la clausura misma.
Y como su iniciativa de ley la está cabildeando en la comisión legislativa correspondiente, los líderes de las canacos, canacintros, coparmex, anexos, conexos y similares, han brincado.
Y hasta donde se sabe si bien se sabe, todos ellos se han alborotado.
Es más, cabildean el torpedeo a su iniciativa de ley a través de la secretaría de Desarrollo Económico.
Ella, firme en su objetivo, terca y obstinada como es, como ha sido, como será siempre.
Y más, paseando su honestidad en medio de las cañerías en que suele convertirse la política argumentando la negociación, el pacto en lo oscurito, los acuerdos, espérate que no son los tiempos.
UNA MUJER DE TEMPESTADES
La diputada ha abierto otro frente de batalla social.
Hay en Veracruz unas 2,700 comunidades indígenas y rurales. Y en todas, el gravísimo problema del transporte de pasajeros.
Primero, los concesionarios sólo cubren el pavimento y los caminos posibles de terracería.
Segundo, los vecinos (aquí mismo en el distrito de Maryjose Gamboa) caminan una o dos horas de su pobladito a la congregación donde hay servicio de autobuses.
Y por añadidura, los niños también todos los días, de lunes a viernes, ida y vuelta, para llegar a la escuela.
Tercero, lógico, la circunstancia se agrava en los poblados rurales y serranos.
Y más, en tiempo de lluvias.
Entonces, ella ha propuesto una iniciativa para crear mototaxis de unos cuantos pasajeros, tres, cuatro, que sean concesionados a un vecino por cada comunidad, y en donde cobren unos 3, 4 pesos quizá, para trasladar de su ranchería al poblado más cercano a la gente.
Además, si así fuera, se crearían fuentes de empleo.
¡Ah!, pero resulta que los transportistas ya brincaron. Según ellos, se trata de una competencia feroz que los perjudicará, ambiciosos, insaciables, como son, por más y más servicios que en tiempo priista han otorgado a los candidatos a un cargo de elección popular.
Y los líderes de los transportistas, primero, cabildearon con otros diputados para tumbar la iniciativa.
Y como fracasaron en el intento se fueron a la oficina del gobernador para según ellos presionar.
Incluso, hasta se inmolaron en nombre del servicio social y dijeron, ¡vaya temeridad! que ellos pondrían el servicio de las moto-taxis.
Peor tantito, ofrecieron un billetito a la diputada.
Tantito peor, desde palacio le pidieron que espere y siga esperando.
Pero Maryjose va pa’lante. Y se le está jugando. Y ha marcado su raya. Por un lado, la política-política, y por el otro, la gestión social.
Ella, mujer de tempestades.
FISCALES… A LA CÁRCEL
El tercer carril en que la diputada empuja la carreta es para que la población tenga una justicia pronta y expedita.
Por ejemplo, los Fiscales regionales suelen demorar una eternidad para integrar una carpeta de investigación.
En los penales hay presos, por ejemplo, que esperan varios meses, y con frecuencia, el tiempo se va en el limbo.
La misma Maryjose conoció muchos, demasiados, excesivos asuntos en su paso por el penal de Tuxpan.
Por eso, su equipo jurídico tiene lista una iniciativa para penalizar a los Fiscales negligentes partiendo, entre otras cositas, de un derecho constitucional, pero además, de la Ley de Responsabilidades de Funcionarios Públicos.
Dice:
“El día que metamos a la cárcel al primer Fiscal, la justicia en Veracruz será ágil y dinámica”.
Tal cual, incidimos en el cuarto ring en que está jugando: la desaparición de la dichosa Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas que en los últimos ocho años, de Miguel Alemán a Javier Duarte, ha servido para nada.
Incluso, ahora mismo, pues de los miembros recién aprobados en el Congreso, donde hubo de por medio orden superior para palomear a todos fast track, por dedazo, sólo una, Sayda Chiñas, se salva en su trayectoria ejemplar.
Es más, cinco minutos después de que rindieron protesta, el secretario de la CEAPP ya estaba despidiendo al personal burocrático para nombrar a su séquito, peleando la mayoría por el manejo de los 21 millones de pesos anuales.
En el Congreso, una diputada está poniendo “el cascabel al gato”, dejando huella de su paso legislativo en la vida.