Redacción El Piñero | Corresponsalía
Loma Bonita, Oaxaca.— La región piñera de la Cuenca del Papaloapan vive una de sus mejores temporadas de cosecha en los últimos años. Agricultores, comerciantes y trabajadores del campo celebran una zafra exitosa, marcada por precios estables, mercado asegurado y una derrama económica palpable en municipios como Loma Bonita.
Desde noviembre y diciembre del año pasado, pequeños productores comenzaron a levantar las primeras cosechas, mientras que en enero y febrero se intensificó la actividad. “Ojalá el próximo año tengamos más producción, aunque claro, si hay más piña, el precio tiende a bajar”, explicó René Herrera, comerciante del fruto y figura reconocida entre los piñeros.
Actualmente, el kilo de piña cayena ronda entre los 5 y 5.50 pesos para la industria, mientras que la variedad MD2 de primera calidad alcanza hasta 12 mil pesos por tonelada, tras haber estado en 14 mil en semanas anteriores.
“Lo importante es que se venda y que haya comercio”, señaló don Jorge Pérez de la O, productor con décadas de experiencia en el ramo. “Afortunadamente tenemos un mercado seguro, con demanda de ciudades como Puebla, Guadalajara, Monterrey y la Ciudad de México”.
Uno de los destinos principales de la piña oaxaqueña es Sabormec, una de las empacadoras más grandes de Latinoamérica, ubicada en Puebla. Cada Torton transporta 22 toneladas de piña miel, la cual será transformada en derivados y exportada a diversos países.
Más allá de los números, la recuperación del campo es también simbólica. La región, que cayó en crisis durante los años noventa con la devaluación del peso y la firma del TLC, ha resurgido gracias al esfuerzo de su gente. “Hoy hay dinamismo, se mueve el dinero, hay fuentes de empleo. Eso nos da esperanza”.
Y aunque se vislumbra un buen futuro para la región, los productores advierten: el campo necesita estabilidad económica, control en los precios de los insumos y políticas públicas que favorezcan la producción nacional frente a la dependencia extranjera.
La piña, oro del campo mexicano, hoy vuelve a brillar en la Cuenca del Papaloapan.