- Fregón, de fregón
- Fregón, de que chingará…
Luis Velázquez/ Diario de un reportero
Veracruz.- DOMINGO
AMLO, “muy fregón”
Pues bien, el empresario y ex político, Miguel Alemán Velasco, el hijo del ex presidente de la república, Miguel Alemán Valdés, el nieto del general Miguel Alemán, ya lo dijo al reportero Miguel Reyes Razo:
“Andrés Manuel López Obrador es muy fregón”.
Muy fregón.
Tal cual, hay una duda:
Si AMLO es muy fregón, fregón, fregón, y será un presidente sin paralelo ni antecedente en la historia, mejor, mucho mejor que Benito Juárez, Francisco Ignacio Madero y Lázaro Cárdenas juntos.
O si el por el contrario, es tan “fregón”… que a todos fregará.
Si vamos por el lado polisémico, la duda queda levantada.
Si vamos por el lado semántico, está por verse.
Si vamos por el lado populachero, entonces, a todos nos fregará.
¡Ah!, otra cosita.
Alemán Velasco también dijo que es un “fanático del beisbol” considerando que el deporte favorito del tabasqueño es el beisbol.
Y ahora, todo mundo es un fanático del beis.
Y desde que AMLO ganara la elección presidencial con treinta y tres millones de sufragios como nunca antes un candidato presidencial, entonces, las elites políticas, empresariales, legislativas, mediáticas, sociales y hasta religiosas, se han vuelto, son obradoristas.
Y por añadidura, a todas les gusta, encanta y fascina el béisbol.
Todos, pues, a jugar beisbol hasta en las calles y avenidas como antes, mucho antes en los pueblos y las colonias populares y en los antiguos pueblos indígenas que solo jugaban pelota.
LUNES
Obediencia y sumisión a AMLO
En contraparte hay un tabasqueño expriista, igual que AMLO, aun cuando él se fue al PAN, AMLO se fue al PRD y luego fundó su Morena.
Se llama Juan José Rodríguez Pratts, quien padece indignación crónica y coraje social y siempre siempre siempre anda en ebullición fermentándose como un volcán en perpetua erupción, llama viviente, pebetero olímpico.
Rodríguez Pratts ha sido varias veces diputado federal y quizá hasta podría considerarse un decano del Congreso de la Unión.
Polémico y polemista igual que AMLO, a quien conoce, como dice el viejito del pueblo, mejor que “la palma de su mano”.
Rodríguez Pratts dice que AMLO exige dos virtudes, cualidades y atributos en la vida pública.
Uno, obediencia… como si fuera, digamos, el ministro religioso de una capilla.
Y segundo, sumisión.
Total sumisión.
Así, el más obediente y el más sumiso de todos tendrá con AMLO posibilidades reales de encumbrarse.
Claro, y de paso, también ser polemista como el tabasqueño.
Y entre más argumentos y facilitad de palabra y razonamiento para discurrir en la arena pública tenga, mucho mejor.
MARTES
Jugar con las circunstancias
De acuerdo con el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, AMLO le encantan jugar con las circunstancias y mover las fichas a su antojo y calcular y quedarse con “hacha, calabaza y miel”.
Incluso, ha tenido un entrenamiento como ningún político en el país.
A: Su tiempo de las caminatas con indígenas y campesinos de Villahermosa a la Ciudad de México en contra de Pemex.
B: Su tiempo en el Zócalo de la Ciudad de México para tumbar a Roberto Madrazo Pintado como gobernador de Tabasco.
C: Su tiempo en contra de Vicente Fox Quesada defendiéndose de aquel juicio presidencial sobre una calle abierta en la Ciudad de México con la que pretendían desaforarlo.
D: Su tiempo bloqueando la avenida Reforma de la Ciudad de México en contra de Felipe Calderón Hinojosa.
E: Su tiempo luchando contra las hordas del PRD, renunciar al sol azteca del que fue dirigente nacional y fundar su partido, mejor dicho, su Movimiento de Regeneración Moral.
AMLO, dice Ronzón, es un experto para manejar las crisis y siempre sale triunfador.
MIÉRCOLES
AMLO, “muy chicho”
Según Alemán Velasco, autor de novelas, AMLO también “es muy chicho”.
Chicho.
Según el diccionario, “es un rizo pequeño de cabello que cae sobre la frente“ y se refiere al peinado de mujeres y niños.
Y, bueno, con su nuevo peinado, AMLO reproduce el peinado de Benito Juárez, unos cabellos cayendo sobre la frente.
Pero chicho alude a una persona agradable, inteligente y aventada.
También significa una persona chingona entre las chingonas, el mero mero, la neta, la persona trucha, muy trucha.
Miguel Alemán junior está así reinventando la personalidad de AMLO con nuevos adjetivos calificativos que cuando menos se han vuelto la comidilla del día, o del fin de semana.
Además ha dado línea a los priistas de norte a sur y de este a oeste de la nación para que, si alguna duda tienen, ahora cuando el PRI puede desaparecer como ha vislumbrado Porfirio Muñoz Ledo, se afilien en masa a MORENA con el presidente más chido y más fregón en la historia nacional.
Más chico y más fregón, incluso, que Antonio López de Santa Anna, tres veces gobernador de Veracruz y once ocasiones presidente de la república y quien cuando se aburría de ejercer el poder nombraba un interino, agarraba una mulata sabrosa de veinte años de edad y caminaba de pueblo en pueblo apostando en los palenques en las peleas de gallos que le organizaban exprofeso.
JUEVES
Yo defendí a AMLO: Alemán
Hay quienes luego del triunfo avasallante de AMLO como candidato presidencial (treinta millones de votos) se volvieron de izquierda. Mejor dicho, se descubrieron de izquierda.
Uno de ellos, dice:
“Toda mi vida he sido de izquierda. Estoy por la justicia social. Estoy por una vida digna para los pobres. Estoy por la seguridad en la vida y en los bienes. Quiero el empleo para los pobres y los pobres entre los pobres. Y lo anterior significa ser de izquierda. Incluso, de la izquierda delirante, como dicen”.
Pues bien.
Miguel Alemán dijo a Reyes Razo:
“Yo conozco a AMLO desde hace muchos años. Lo defendí cuando (Vicente Fox quiso desaforarlo como jefe de Gobierno de la Ciudad de México). A través de la CONAGO (Conferencia Nacional de Gobernadores, es decir, todos en grupo, todos en masa) le dimos nuestro apoyo. No le faltaron críticos, que ya se arrepienten”.
Y se arrepienten ahora con AMLO presidente de la república.
¡Hosanna, hosanna! ¡Todos con AMLO!
VIERNES
Ha nacido una estrella, ajá
En el lenguaje de los viejos reporteros de sociales se diría a propósito de AMLO:
Ha nacido una estrella. Se llama AMLO. Y un nuevo partido, Morena. Y una Morena inspirada en la Morenita del Tepeyac, la Virgencita de Guadalupe, ay mi indio Juan Diego, te queremos, te queremos, te queremos.
La Virgencita cuya estampita se ponían en el sombrero de ala corta los campesinos de Miguel Hidalgo seguros, segurísimos de que así los protegería de las balas y los cañones de los realistas en la guerra de Independencia.
Por eso, AMLO es considerado el enviado de Dios, el iluminado, el protegido de la Santísima Trinidad, el gurú, el tlatoani, el tótem que ejercerá el poder y gobernará en “el país de un solo hombre”, igual que Antonio López de Santa Anna según los dos tomos escritos por el investigador Enrique González Pedrero, aquel gobernador de Tabasco que prefiriera a los presidentes municipales sublevados a AMLO como presidente del CDE del PRI, tiempo cuando, incluso, le escribiera un himno al PRI, como en ninguna entidad federativa existe.
