- El presidente ya se metió…
Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. El tigre anda suelto
Los días 21 y 22 de abril, AMLO soltó el tigre en la ciudad de Veracruz. Fue en la conferencia de prensa mañanera. Ahí, dijo que el Fiscal Jorge Wínckler ha de ser investigado. Y corresponde, claro, a los diputados locales de MORENA.
Los diputados locales de MORENA, sin embargo, tardaron demasiado en reaccionar. Mal, quizá, andarán del tinaco mental.
Entonces, cuando “les cayó el veinte” anunciaron que de nuevo operarían la destitución del Fiscal. Hay razones, dijeron sus pastores.
El rafagueo del gobernador se recrudeció. Y el acoso verbal del secretario General de Gobierno. Y hasta el Solecito levantó la mano de nuevo.
Es más, los presidentes de las Comisiones Estatales de Derechos Humanos en cumbre estelar en la Ciudad de México se lanzaron contra Jorge Wínckler y lo dibujaron como el príncipe del mal.
El Fiscal, por ejemplo, reviró, diciendo que le estorba al gobernador, porque sigue investigando a Javier Duarte y quien tiene ligas bajo sospecha con Cuitláhuac García Jiménez.
Pero AMLO ya dio la orden y hacer patria es rafaguear todos al Fiscal.
DOS. La mano de Yunes Linares
Desde el Senado, Indira Rosales, y Julen Rementería del Puerto, agradecido con la yunicidad por la curul de su hijo Bingen, compraron pleito con el caso de la compra de las patrullas policiacas y exigieron rendición de cuentas.
Luego, los diputados locales del PAN votaron en contra de la reforma educativa.
Y en respuesta, el secretario General de Gobierno intimidó a la prensa definiendo entre los trabajadores de la información a un Cartel del Fiscal y a un Cartel de Cuitláhuac, aun cuando luego se desdijera.
Pero más indicativo, y es donde se siente y presume la línea de Yunes Linares, es cuando el Fiscal ligó a Cuitláhuac con Javier Duarte.
El Fiscal levantó el fusil para disparar a lo más alto de la arboleda.
TRES. Tres políticos en la mira de AMLO
Con todo, la línea fue dada hace un mes por AMLO en Veracruz.
Y si lo dejó claro fue por una preguntita reporteril, quizá teledirigida, y segundo, porque antes Cuitláhuac lo habría platicado con AMLO.
Y más, si se recuerda que el presidente de la república tiene a un trío de políticos en la mira. Uno, Carlos Salinas. Dos, Vicente Fox. Y tres, Miguel Ángel Yunes Linares, por tantos agravios cometidos en la campaña electoral del año anterior, incluso, cuando el primogénito le llamo “Viejo guango”, con todo y que Yunes y AMLO son de la misma edad.
CUARTO. El Fiscal, en la cancha nacional
AMLO ya soltó el tigre. Y los operadores y diputados del góber cumplen o cumplen, pues ni modo de fallar al presidente de la república.
La pelota está en la cancha de la LXV Legislatura. Y más, con la orden presidencial.
Y en este país, ya se sabe, está canijo tener en contra al gobernador, pero más, mucho más, al presidente de la república.
De la cancha local, la destitución de Jorge Wínckler ha brincado al ring nacional.
Por eso, el delegado de la Fiscalía General de la República trabaja a paso veloz armando el expediente, pues, según trasciende, AMLO encomendó el caso al jefe Jurídico de la Presidencia de la República, Julio Scherer Ibarra, el hijo mayor de don Julio Scherer García, el reportero leyenda del siglo pasado y parte del siglo XXI y a quien el escritor Carlos Fuentes Macías llamaba el Francisco Zarco del siglo XX.
