Redacción El Piñero
Cuenca del Papaloapan.- En los montes que separan a Zacatal y Las Yaguas, en el municipio de San Juan Evangelista, ocurrió uno de esos encuentros que todavía emocionan y reconcilian al ser humano con su entorno: un numeroso grupo de monos aulladores fue visto atravesando las matillas.
El avistamiento es inusual para esta zona del sur de Veracruz, pero lejos de causar alarma, despertó orgullo. Los pobladores —gente de campo que entiende el valor de la vida en todas sus formas— aseguran que estos animales son completamente inofensivos. Por eso, desde hace tiempo, cuidan de que en los pozos y aguajes siempre haya agua limpia, la misma que también utiliza el ganado. Coexistencia pura.
Hoy, los monos son la sensación; quienes los vieron aún cuentan la experiencia. Y entre la emoción surge una petición que debería ser regla universal: no lastimarlos, no acosarlos, no interferir con ellos.
En tiempos donde el entorno natural suele ser noticia por su destrucción, que una comunidad celebre la presencia de estos guardianes del bosque es, sin duda, una de las mejores postales que Veracruz puede entregar.






