Luis Yerena, conocido como “El Chato”, fue atacado a balazos por hombres armados en el interior del Hospital General de Subzona No. 11 en Montemorelos. El crimen ha generado alarma en el sector salud.
Montemorelos, Nuevo León.— Un ataque armado dentro de un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) cobró la vida de Luis Yerena, camillero conocido como “El Chato”, quien fue asesinado la madrugada del sábado 24 de mayo mientras intentaba refugiarse de sus agresores.
El hecho ocurrió alrededor de la 1:30 a.m. en el Hospital General de Subzona Número 11, ubicado en la avenida José María Parás y calle Veracruz, en el municipio de Montemorelos. Yerena, quien ya había terminado su turno, fue interceptado por hombres armados mientras salía del nosocomio.
Según reportes preliminares, al percatarse de la persecución, el trabajador intentó resguardarse dentro del hospital, ingresando al área médica. Sin embargo, fue alcanzado y herido de muerte con al menos tres disparos. Sus compañeros intentaron brindarle atención inmediata, pero no lograron salvarle la vida.
Tras el ataque, los responsables huyeron del lugar con rumbo desconocido. En la escena del crimen se encontraron varios casquillos percutidos, aparentemente de arma corta, de acuerdo con la información proporcionada por autoridades estatales.
La Vicefiscalía de Justicia en Nuevo León ha iniciado una carpeta de investigación y analiza imágenes de cámaras de seguridad, así como testimonios de testigos, para identificar a los autores del homicidio. Hasta el momento, no hay detenidos ni se han revelado posibles móviles del crimen.
Este asesinato ha causado profunda consternación entre el personal del hospital y la comunidad local. La inseguridad dentro de un espacio destinado al cuidado de la salud ha generado preocupación y exigencias de mayor protección para trabajadores del sector.
Cabe recordar que este no es el primer hecho violento relacionado con el IMSS en Montemorelos. El pasado 3 de marzo, Hugo Américo Cavazos Martínez, subdelegado del Instituto, fue asesinado mientras conducía su vehículo en la misma localidad.
Mientras las autoridades continúan con las investigaciones, familiares y colegas de Luis Yerena lo recuerdan como un trabajador comprometido y entregado a su labor. Su muerte deja un vacío en el hospital y pone en evidencia la creciente vulnerabilidad de los trabajadores de la salud frente a la violencia en la región citrícola de Nuevo León.