Puebla, Pue. – La inseguridad en la Sierra Norte de Puebla se ha intensificado en los últimos días con una serie de hechos violentos que han dejado al menos 10 personas asesinadas, en su mayoría víctimas de asaltos en carretera.
El caso más reciente ocurrió el lunes, cuando dos migrantes, la esposa estadounidense de uno de ellos y un taxista fueron asesinados a balazos mientras viajaban hacia el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. El ataque se registró en la carretera a la altura del municipio de Tlapacoya. Se presume que fueron interceptados por bandas criminales que operan en la región.
El martes, en el municipio de Chignahuapan, dos cuerpos calcinados fueron hallados en un camino que conduce a la comunidad de Atlamaxac.
Además, el fin de semana, tres cuerpos con signos de violencia fueron encontrados dentro de un vehículo Jetta abandonado en la autopista Tlaxco-Tejocotal, en los límites entre Zacatlán y Chignahuapan. Uno de los cuerpos estaba en la cajuela. Las víctimas fueron identificadas como José Isaías N., Carlos Alberto N. y Eduardo N., originarios del municipio de Ahuazotepec, quienes habían sido reportados como desaparecidos un día antes.
En otro hecho violento, en el municipio de Tetela de Ocampo, un joven de 17 años identificado como Lino fue asesinado tras resistirse a un asalto en el que intentaron robarle su motocicleta.
El 3 de febrero, la violencia alcanzó un nivel alarmante cuando un bebé de nueve meses fue asesinado de un disparo en la cabeza durante un intento de asalto en la carretera federal Ahuazotepec-Zacatlán.
Ante esta crisis de inseguridad, la presidenta municipal de Zacatlán, Beatriz Sánchez Galindo, anunció la implementación de una estrategia de seguridad en conjunto con la Guardia Nacional, la Marina, el gobierno estatal y autoridades municipales de Xicotepec, Chignahuapan y Huauchinango, con el objetivo de frenar la ola de violencia en la región.
