Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca.- Martes lluvioso, autopista Oaxaca–Tehuacán–Cuacnopalan, un vehículo oficial del Gobierno Estatal, adscrito al Área de Gubernatura, terminó en percance, el saldo, una persona sin vida y otra lesionada. La camioneta, según se informó, iba con rumbo a la Mixteca a cumplir funciones logísticas, aunque terminó protagonizando un episodio que nadie tenía en la agenda.
Las primeras versiones culpan al pavimento mojado, ese viejo enemigo de los conductores que siempre aparece como el “villano oficial” en los comunicados. El vehículo perdió el control y con ello, la narrativa gubernamental se apresuró a aclarar lo más importante: que la unidad no formaba parte del convoy de la Presidenta Honoraria del DIF Oaxaca, porque al parecer lo urgente no era explicar el accidente, sino deslindar la agenda institucional.
Lo que no explicaron —y ahí radica el detalle— es qué medidas de seguridad vial existen en ese tramo, dónde estaban los avisos de riesgo o qué acciones preventivas se aplican en carreteras que, cuando llueve, parecen más trampolines que autopistas. En resumen, la tragedia ocurrió, el comunicado salió, y las preguntas siguen esperando en el acotamiento.