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Barandal: La religión de AMLO

El Piñero

 

Luis Velázquez

30 de marzo de 2019

 

ESCALERAS: La austeridad republicana tan cacareada por AMLO ha dado el siguiente paso. Ahora, se llama Pobreza Franciscana según lo revelara el jefe de la Oficina de la Presidencia de la república, el multimillonario Alfonso Romo.

Se deberá, quizá, a la baja recaudación fiscal. Y al nuevo recorte de personal burocrático. Y a más despidos de personal. Y a la bajísima inversión privada. Y a que, en todo caso, los ex presidentes priistas y panistas saquearon tanto a la nación que, ni modo, ha de vivir en el país como las monjas y los monjes franciscanos.

 

PASAMANOS: En el año 1209, San Francisco de Asís fundó la Orden de los Franciscanos, Sus grandes virtudes fueron y son, entre otras, las siguientes:

Una, la pobreza total y absoluta, sin vivir con la locura frenética para tener bienes materiales. Incluso, únicamente tener lo necesario para la vida. Por ejemplo, dos mudas de ropa, una de color café y otra azul o negra. Dos pares de zapatos, unos negros y otros cafés. Dos mudas de ropa interior para que una se use y otra se lave. Incluso, dormir en el suelo y que, bueno, el traumatólogo dice que es mucho mejor para la espalda.

Desde luego, nada de fiestecitas ni cenitas porfirianas con las velas prendidas en el centro de la mesa. Nada de antros. Nada de alcohol, cigarros ni marihuana.

 

CORREDORES: Dos, La caridad social hacia los demás. Quitarse la vida para dársela a un amigo, a un pobre. Antes que el bienestar personal o familiar, el bienestar de “los pobres entre los pobres”, los indígenas y campesinos, por ejemplo. Así, el premio para un franciscano es la eternidad en el cielo al lado del Señor.

Tres. La castidad. Cero tentaciones corpóreas. Cero infidelidades. Cero amantes, mujeres, hombres o fantasmas. Nada como Pancho Villa, quien se casó 29 veces. Nada como Emiliano Zapata, quien no tomaba, no fumaba, no se drogada y no jugaba naipes ni barajas, pero era ultra contra súper bueno para la enagua.

 

BALCONES: Cuatro. La obediencia. Obediencia total a la iglesia. La vida espiritual bajo el reino del Evangelio. Una vida llena de fe. Trabajar todos los días por el reino de Dios.

Cinco. La fraternidad, uno de los grandes lemas y razones de la revolución francesa. Nada de que “el hombre es el lobo del hombre”. Nada de intrigas, calumnias y difamaciones. Nada de chismecitos causando daño moral a los demás, familiares, amigos, compadres, vecinos, conocidos. Mi vida por la tuya. Vidas ejemplares. Imborrables. Trabajar en la tierra para merecer un rinconcito en el más allá, en el otro mundo, en el paraíso celestial.

 

PASILLOS: Seis. La humildad… en la forma de pensar y actuar todos los días. Cero soberbia. Cero egotismo. Cero frivolidad. Cero petulancia. Cero altivez. Nada de yo-yos. Cero autoritarismo. Cero “alabanzas en boca propia”.

Y siete. Con todo, el eje rector y punto de partida de la pobreza franciscana, mejor dicho, de la vida franciscana, es el énfasis en la pobreza. Nada de coleccionar bienes materiales. Mansiones. Edificios. Departamentos. Casita de fin de semana y casita de campo, a la orilla de la playa. Cero ranchos. Cero ganado. Cero joyas. Cero viajes por el mundo. Cero convertibles. Cero yates. Cero Rolex. Austeridad total y absoluta, pues.

 

VENTANAS: Entonces, más que austeridad republicana, pobreza franciscana.

Por eso, el presidente de la república sigue viviendo en su departamento. Por eso, cerró Los Pinos y convirtió en el museo más grande, ajá, de América Latina.

Por eso, viaja en un automóvil austero y modesto. Y viejito.

Y vendió los aviones y helicópteros y las camionetas y automóviles súper blindados del Peñismo.

Y viaja en avión comercial, aunque quede varado en los aeropuertos.

La religión de AMLO, llevada a la vida nacional.

San Francisco de Asís, el primero héroe religioso de AMLO, aun cuando Francisco Ignacio Madero creía en los médiums, a tal grado que desde su tumba, Benito Juárez coordinó su campaña presidencial a través de las sesiones espiritistas, las mismas que también tenía en su tiempo Plutarco Elías Calles.

 

PUERTAS: El Jefe de la Oficina de la Presidencia ha anunciado la evolución de la austeridad republicana a la pobreza franciscana.

Pero desde hace cientos de años, siglos incluso, los indígenas y los campesinos se anticiparon.

Por ejemplo, el millón de indígenas y los dos millones de campesinos de Veracruz viven desde “la noche de todos los tiempos” una vida franciscana.

En la pobreza total. Mejor dicho, y según el INEGI y el CONEVAL, en la miseria.

 

CERRADURAS: Los franciscanos viven como unos eremitas. Ermitaños, pues. Sin contacto con la sociedad.

Pero, bueno, ellos así lo han dispuesto, y en el caso, el anuncio de Alfonso Romo es, por ahora, vivir en la pobreza franciscana… por culpa, claro, de los gobiernos priistas y panistas que saquearon a la nación.

Y como lo dijo aquel, “por el bien de México, primero los pobres”.

He ahí el objetivo superior de la Cuarta Transformación del País, establecida, ajá, por decreto y que por ahora sirve para que los morenistas “se curen en salud”, profetizando la llegada del nuevo paraíso terrenal.

Un mundo, digamos, donde, y además, nadie mate, nadie mienta, nadie robe, nadie desee a la mujer de su prójimo ni de su próximo, nadie intrigue, nadie calumnie, nadie caiga en el dedazo, el nepotismo, el amiguismo, el cuatismo, el tráfico de influencias y el conflicto de intereses.

AMLO, evangelizando el país y salvando almas.

 

PATIO: MORENA deseando llevar la vida monástica a la vida civil.

Y cuidado si los evidencian… porque entonces, los chairos se encargan del rafagueo implacable, pues ellos, más que nadie, ya se la creyeron.

 

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