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Barandal: Traicionan a Javier Duarte

El Piñero

 

Luis Velázquez

22 de mayo de 2018

 

ESCALERAS: La traición forma parte de la naturaleza humana. Es como el amor y el odio. La prudencia y la cólera. La misericordia y el rencor.

Jesús Guajardo traicionó a Emiliano Zapata. Victoriano Huerta a Francisco Ignacio Madero. Álvaro Obregón a Pancho Villa. El escolta yaqui a Miguel Hidalgo. Juan Nepomuceno Almonte a su padre, José María Morelos.

Por eso, pudiera acaso explicarse la versión de que Arturo Bermúdez Zurita y Mauricio Audirac Murillo, presos en el penal de Pacho Viejo, traicionaron a Javier Duarte, preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, además de la traición de Ricardo García Guzmán.

Los tres, con un solo objetivo, salvarse de dormir… en el penal en el caso de García Guzmán, y los otros dos, reos ya, de ver si así la yunicidad los perdona.

“El 8 de enero, Mauricio Audirac buscó a la Fiscalía (azul) a través de sus abogados y les dijo estar dispuesto a declarar en contra de quien fue su jefe y amigo” (La Jornada, Jair García, viernes 18 de mayo, 2018).

 

PASAMANOS: Tal es la percepción, primero. Pero, segundo, si hay denuncias penales de por medio, ni modo que porque ensucien a los demás (en el caso al ex gobernador, que tanto los encumbró y en unos casos hasta enriqueció) serán perdonados.

Está el caso, por ejemplo, de la primera directora de Comunicación Social en el sexenio anterior, María Georgina Domínguez Colio.

Apenas, apenitas, pasó unas noches en Pacho Viejo, luego enseguida reviró en contra de Alberto Silva Ramos, diciendo que él había cometido el desvío de más de dos mil millones de pesos, creando, incluso, empresas fantasmas, y que fue, como se recuerda, un estilo personal de Duarte de gobernar, ejercer el poder, desviar fondos públicos y enriquecerse.

Y, no obstante, ella sigue interna.

Y lo peor, está ligada a varias carpetas de investigación acusado de coalición, incumplimiento de un deber legal y desvío de recursos.

¡Ah!, y si alguna duda existiera habría de recordar que el presunto prestanombre de Duarte, su amigo de la escuela primaria, Moisés Mansur Cisneyros, también delató a Duarte ante el

gobernador Yunes, y sin embargo, tiene orden de aprehensión, y ha trascendido, también es prófugo de la justicia, igual, igualito que Luis Ángel Bravo Contreras (Fiscalía), José Nabor Nava Olguín (Seguridad Pública), Carlos Aguirre Morales (SEFIPLAN) y Ramón Ferrari Pardiño (SEDARPA).

 

CORREDORES: La última, digamos, traición se consumó con Mauricio Audirac, el titular del ORFIS, Organo de Fiscalización Superior, Contralor y ex secretario de Finanzas y Planeación, en el par de sexenios anteriores, carrera meteórica “en menos de lo que canta un gallo”, y siempre en cargos públicos donde se maneja presupuesto y en donde, además, suelen darse negocios y acuerdos en lo oscurito, abajo y debajo de la mesa y las cañerías.

De por medio está la orden de Duarte a Mauricio Audirac de desviar 220 millones de pesos de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz “a una cuenta concentradora para de ahí ser desviados”.

Fue en la oficina del gobernador en el palacio de gobierno de Xalapa. Septiembre de 2014. Simple y llanamente, sacar el dinero de la CEAV como “un préstamo”, préstamos que nunca, jamás, eran reintegrados, como y de paso, el caso del Instituto de Pensiones del Estado, IPE, la caja chica en que fue convertida durante muchos años.

 

RODAPIÉ: Incluso, Audirac también tira lodo en contra de Francisco Valencia García, ex director de la Comisión de Agua, y preso en Pacho Viejo, y quien “en varias ocasiones” envió oficios a Mauricio Audirac “suplicando que le devolvieran el dinero”.

Se trata de una telenovela de la corrupción, donde, y para salvarse, unos a otros se salpican.

Audirac en contra de Ricardo García Mendoza, Francisco Valencia y Javier Duarte.

Arturo Bermúdez en contra de Javier Duarte.

Ricardo García Guzmán (en libertad y lanzando a sus dos hijos como candidatos a diputados local y federal) en contra de Duarte.

Gina Domínguez en contra de Alberto Silva Ramos y viceversa.

Un cochinero, pues. El peor estercolero y que, bueno, sólo recuerda las más altas traiciones en la historia de la humanidad y que, digamos, alcanzaron momento estelar cuando Judas fue desleal con Jesús a cambio de treinta monedas y que poco disfrutó porque luego, lleno de remordimientos, unos dicen que se ahorcó de un árbol en un rancho que había comprado en las afueras de Jerusalem y otros que se tiró a un pozo artesiano de agua dado de baja.

 

BALAUSTRES: Hay otra circunstancia que los duartistas presos ignoran y/o quizá habrían olvidado.

Si es cierto que “en la guerra y el amor todo se vale”, entonces, el gobernador Yunes ha apretado tuercas para seguir hundiendo más a Javier Duarte y llenar Pacho Viejo de políticos presos.

Pero más aún, continúa escarbando para ver si en una de esas la lumbre alcanza a Fidel Herrera Beltrán, convaleciente por un derrame cerebral.

Y así unos y otros políticos internos en el penal despepiten en contra de Duarte y anexos, conexos y similares, Miguel Ángel Yunes Linares los utilizará.

Por ejemplo, los priistas quedaron indignados con Ricardo García Guzmán por desertar del PRI y pasarse al PAN yunista.

Pero su transferencia camaleónica también habría incluido una alta traición a Javier Duarte, pues como Contralor en dos ocasiones y mandamás en la secretaría de Finanzas y Planeación, tenía información privilegiada, empezando, a vuelo de pájaro, con las declaraciones patrimoniales de todos y cada uno de los funcionarios de Duarte, Fidel Herrera y Miguel Alemán Velasco.

“Oro molido” en manos del gobernador y que habría servido para que García Guzmán fuera bienvenido al búnker panista.

La cárcel, dice un experto, siempre marca así duermas una noche, una semana, un semestre, un año, etcétera.

Y la cárcel, dice una experta, te embrutece o te emputece, porque las rejas y los días y noches te soledad descarrilan “al más pintado”.

Pero también, claro, suele doblegar a la más férrea voluntad humana y te vuelve un traidor.

Por eso, si Javier Duarte ha quedado sorprendido cuando sus abogados le informan de un traidor más lo estaría mirando con la reacción más serena y reposada del mundo, porque se trata de la naturaleza humana.

Y pensar que la entereza moral, ética y social de Ricardo Flores Magón (41 veces Porfirio Díaz Mori lo encarceló) se reproduce “como pan caliente” significa una utopía.

 

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