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Eugenio GONZALEZ| El Piñero
Puebla, México.– El sol de mediodía pegaba fuerte en la cancha, el aire era denso, y la arena ardía bajo los pies. Sonó el silbatazo final. Y ahí estaba él, con los brazos alzados, respirando gloria: Christian Jovani Santamaría Delfín, nacido y criado en Loma Bonita, Oaxaca, acababa de escribir su nombre con letras doradas en el voleibol nacional.
No fue un partido cualquiera. No fue un día más. Fue el día de su cumpleaños número 18. Porque sí, mientras algunos lo celebran con pastel y velas, Christian lo celebró con oro, al convertirse en campeón del torneo Nacional CONADEMS de voleibol de playa, representando a la Prepa 9 de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
La competencia reunió a los mejores equipos juveniles del país. Y ahí, bajo el cielo de Puebla, el lomabonitense mostró de qué está hecho: reflejos finos, resistencia de acero y una entrega que solo se aprende en casa.
Pero su historia no arranca aquí. Comenzó mucho antes, en las canchas de tierra caliente de LOBOAX, la escuela de formación deportiva en su natal Loma Bonita, donde cada saque era un sueño y cada punto, una esperanza. Fue ahí donde Christian forjó carácter, donde aprendió que se juega con el cuerpo… pero se gana con el corazón.
Y este viernes, apenas una hora atrás, ese último punto cayó como rayo. La victoria era suya. El público estalló, sus compañeros lo alzaron y sus entrenadores lo abrazaron con fuerza.
En tiempos donde abundan las malas noticias, una como esta vale oro. Literal. Porque no todos los días un muchacho oaxaqueño, salido de las tierras piñeras, se corona campeón nacional. Y menos, el mismo día que se convierte en mayor de edad.
