Luis Velázquez
DESTINATARIO: La vida se ha podrido en Veracruz. Carteles y cartelitos, delincuencia organizada y común, malandros y ladrones, políticos, jefes policiacos y policías, inseguridad e impunidad, indolencia oficial para disminuir el índice de violencia cada vez hacia arriba, disparado, sin control, los días se han vuelto sórdidos y siniestros.
La saña y la barbarie en la mayoría de los asesinatos cometidos. 367 en 79 días. Con 38 feminicidios. Dos infanticidios. 88 secuestros. 7 políticos y líderes sindicales asesinados.
La crueldad es así:
El sábado 16 de febrero y domingo 17, trece crímenes.
REMITENTE: En Tantoyuca, un hombre, Germán Pérez Aurelia, asesinado, ni más ni menos, que a machetazos. Machetazo limpio. Uno tras otro. Poco a poco. Muerte lenta y dramática. Como si el o los asesinos gozaran en cada puñalada viendo morir al hombre.
En Xalapa, una mujer, el feminicidio número 38, apuñalada. Una tras otra. Muerte lenta. Igual o peor que en el Medio Oriente donde las mujeres infieles son asesinadas por la población con pedradas. Lapidadas.
Y en Cuitláhuac, a un hombre lo asesinaron.
Luego, como zopilotes, le arrancaron los ojos.
Y la lengua.
Y un dedo de la mano derecha.
Y en son de burla, quizá bárbaro placer de la muerte, pusieron sus ojos, su lengua y su dedo encima de su pecho… para que la población civil los viera.
Todo en domingo.
ENTREGA INMEDIATA: El sábado 16 de febrero, “la muerte también tuvo permiso” en Veracruz.
Un hombre tiroteado en la ciudad de Veracruz murió en el Hospital General.
En San Juan Evangelista, dos hombres fueron ejecutados.
En Xalapa, otro hombre baleado.
Todos los días varios muertos de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
ACUSE DE RECIBO: Agustín Acosta Lagunes, gobernador, decía que “la violencia es inevitable, y ni modo”.
Un subsecretario de Desarrollo Económico de Cuitlalandia declaró que ni hablar, qué le vamos a hacer, en el país y en Veracruz hay violencia.
¡Ah!, pero también dijo que combatir la violencia es tarea de todos.
De los políticos, los jefes policiacos, los policías… y, háganos favor, los ciudadanos.
Quizá se refería al municipio de Mariano Escobedo donde un día el presidente municipal amaneció con mantas colgando de las paredes de las casas avisándole la decisión del pueblo de que malandro que detuvieran… sería linchado.
Acaso también connotó la sublevación popular en Coatzacoalcos en contra de la violencia donde el alcalde de MORENA, Víctor Carranza, ha optado por encerrarse en su búnker del palacio antes de enfrentar a la población.
CARTA EXTRAVIADA: Todos los días la incertidumbre y la zozobra en cada nuevo amanecer.
Insólito: el asalto al autobús de pasajeros de la ruta de Coatzacoalcos a San Andrés Tuxtla, donde a la altura de Cosoleacaque, un trío de sicarios hizo la parada y asaltó a todos sembrando el horror y el terror.
Así se viven y padecen los días, las noches y los amaneceres en Cuitlalandia, el mundo color de rosa creado y creado por la izquierda en el palacio de gobierno de Xalapa para ser felices… ellos, únicamente ellos, encaramados en el poder público.
