Mexicali, BC. — La desaparición de Annie Enciso, una adolescente de 16 años vista por última vez en el parque Disney California Adventure el pasado 20 de abril, dio un giro inesperado tres días después, cuando fue localizada con vida en Mexicali, Baja California, a más de 360 kilómetros de Anaheim. Sin embargo, el caso ha quedado envuelto en versiones encontradas entre autoridades y la familia de la joven, lo que abre cuestionamientos sobre la veracidad del rescate y el seguimiento oficial a una alerta transfronteriza.
Según declaraciones de Ricardo Hernández Ilizaliturri, jefe de la Unidad para la Atención de Personas en Estado de Vulnerabilidad (Unapev), la joven fue hallada el miércoles 23 de abril tras un llamado anónimo al 911 que alertó sobre una persona oculta en un terreno baldío, dentro de contenedores de basura. Aseguró que la menor se encontraba “agitada pero en condiciones normales” y que fue entregada a su madre, quien se habría comprometido a llevarla a tratamiento psiquiátrico en Estados Unidos por presuntos problemas de conducta.
No obstante, esta versión fue desmentida públicamente por Francis Robles, madre de Annie, quien aseguró que su hija nunca estuvo en contenedores de basura y que fue la madre del novio de la adolescente quien la localizó afuera de su casa en Mexicali. Según la familia, tras localizarla, fue la madre quien contactó a la policía para que formalizara el traslado a la comandancia y concluyera el proceso de identificación y entrega.
El caso pone en evidencia posibles fallas en la coordinación de alertas internacionales, ya que el jefe de la Unapev reconoció que no recibieron la Alerta Amber de manera oficial y que se enteraron del caso a través de redes sociales. Esto plantea dudas sobre los protocolos binacionales para la localización de menores desaparecidos, especialmente en una frontera donde la movilidad entre ambos países es constante.
Tampoco se ha informado si las autoridades mexicanas investigarán cómo cruzó la frontera la menor —si fue por cuenta propia, con ayuda de un tercero, o bajo circunstancias que impliquen un posible delito como tráfico de menores—. Hasta el momento, la policía municipal no ha ofrecido detalles sobre cómo Annie llegó desde Anaheim hasta Mexicali, ni si existen registros migratorios o cámaras que den seguimiento a su trayecto.
El caso Enciso reabre el debate sobre las desapariciones de menores en contextos turísticos, la vulnerabilidad de adolescentes en conflicto familiar y la respuesta institucional ante alertas internacionales. Mientras tanto, la historia de Annie permanece incompleta y con más preguntas que respuestas.