Redacción El Piñero
CDMX.- La noche en la Colonia Industrial transcurría con normalidad hasta que el llanto de una bebé interrumpió la rutina. Un ciclista que pedaleaba sobre la calle Euzkaro, casi esquina con la calzada de Los Misterios, fue quien descubrió a la pequeña envuelta en una chamarra roja y dio la alerta a las autoridades. Así comenzó una escena que dejó en evidencia, una vez más, la vulnerabilidad de los más indefensos en la Ciudad de México.
Minutos después, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana arribaron al sitio y protegieron a la recién nacida mientras esperaban a los paramédicos. La menor, de condición delicada por haber nacido de manera prematura, fue trasladada a un hospital, donde los médicos confirmaron su estado grave pero estable. En tanto, vecinos se aglomeraban con rostros de incredulidad, preguntándose cómo pudo ocurrir un hecho de tal abandono en plena capital.
Lo más cuestionable no fue la tardanza en la reacción, sino la falta de una estrategia clara para prevenir este tipo de sucesos, que no son aislados. Aunque la dependencia informó que revisa las cámaras de vigilancia y que el caso fue turnado al Ministerio Público, en las calles persiste la sensación de que las autoridades actúan siempre después de la emergencia y nunca antes. La historia de esta bebé se suma a otros episodios recientes, reflejo de una deuda pendiente en materia de protección a la infancia.