Redaccion | El Piñero
Chiapas.- Dicen que en Tonalá, los autos ya no ruedan, sino que vuelan, y un Nissan Tsuru lo comprobó la tarde del sábado cuando decidió salirse del camino y terminar en medio de la maleza, justo en la carretera que conecta la cabecera municipal con la comunidad de Paredón. La escena parecía sacada de una película de acción barata, un vehículo volteado, un conductor herido y los curiosos que, entre susto y morbo, ya tenían lista la crónica para el Facebook local.
Según testigos, el automóvil perdió el control a la altura de la gasolinera —quizá por exceso de confianza, o por esos baches que parecen trampas camufladas— y dio varias volteretas hasta que el terreno lo detuvo. Protección Civil llegó al rescate, atendió al conductor y lo trasladó al Hospital Juan C. Corzo, donde los médicos hacen lo que pueden y el paciente agradece seguir respirando, aunque con el susto todavía en el alma.
Las autoridades, fieles a su estilo, arribaron después del caos, tomaron fotos, movieron el coche al corralón y se marcharon sin dar mayores explicaciones. Ningún anuncio de revisión de rutas, de mantenimiento vial o de campañas de prevención; solo el eco del golpe y la promesa —ya desgastada— de que “se investigarán las causas”. En Tonalá, como en tantas partes del país, las carreteras siguen siendo una ruleta, si la suerte no te acompaña, el pavimento te la cobra con intereses.