Redacción El Piñero | Corresponsalía
Chiapas.- La tragedia se instaló en la Colonia 1° de Mayo, municipio de Villacorzo, cuando un mototaxi y una motocicleta, ambos conducidos con más prisa que prudencia, se encontraron de frente y el saldo fue devastador, una bebé, que viajaba en brazos de su madre, no resistió las lesiones y falleció en el hospital, dejando a toda la comunidad sumida en consternación.
La crónica vecinal cuenta que la madre había salido a comprar pan, una rutina que terminó convertida en pesadilla. En el interior del mototaxi, según los curiosos, apareció una botella de licor que hablaba más que los propios involucrados. Para colmo, la unidad ni siquiera debía circular por carretera, pero en Villacorzo esas normas parecen ser más decorativas que efectivas. El joven motociclista, estudiante, también terminó lesionado, aunque con diagnóstico estable, al igual que los demás pasajeros del vehículo improvisado.
Y como si de un ritual repetitivo se tratara, las autoridades llegaron tarde, levantaron el reporte con la solemnidad de quien rellena un formulario de oficina y se retiraron sin que nadie hablara de operativos, revisiones ni sanciones. Porque claro, pedir control sobre los mototaxis en Chiapas sería como pedir que los topes se pinten de noche, un milagro administrativo. Al final, el pueblo llora a la menor y el accidente se suma a la larga lista de desgracias que pudieron evitarse si la ley se aplicara más allá del papel.