Jaime GUERRERO
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) acordó anoche, en una asamblea realizada en la sede de la Sección 22 del SNTE en Oaxaca, reanudar la huelga nacional educativa y un paro de 48 horas en las entidades donde tiene presencia, incluyendo Oaxaca, como medida de presión ante la falta de respuesta del gobierno federal a sus demandas.
En sus clásicos amagos, los líderes magisteriales advirtieron que podrían boicotear la Copa Mundial de Fútbol 2026 si no se abre un diálogo con el Ejecutivo.
“El Ejecutivo federal tendrá que tomar una decisión: si quiere que el próximo año se dé la Copa Mundial 2026, deberá reconsiderar sentarse con la CNTE. Es una decisión de ellos, no de nosotros”, declararon los representantes al cierre de la Asamblea Nacional Representativa, que concluyó a las 22:29 horas.
La advertencia pone en riesgo un evento de relevancia internacional que México coorganizará, evidenciando la gravedad del conflicto.
Las principales exigencias de la CNTE incluyen la abrogación de la ley del ISSSTE de 2007 y la derogación de las reformas educativas impulsadas por los expresidentes Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
Los maestros acusaron al gobierno de mantener un discurso de diálogo mientras ignora sus planteamientos.
“No puede haber un gobierno neoliberal que siga manejando un discurso diferente y en las acciones haya oídos sordos”, señalaron, recordando que ni el paro de 24 horas del pasado 17 de octubre ni el plantón de 24 días en el Zócalo de la Ciudad de México, en junio, lograron un acercamiento con las autoridades.
“Tendríamos que salir a las calles para que nos volteen a ver. La presidenta Claudia Sheinbaum debe reconsiderar su posición de cerrazón”, insistieron los líderes, encabezados por Yenny Aracely Pérez Martínez, presidenta de la Sección 22.
En la asamblea participaron las secciones VII, IX, X, XI, XIV, XXXIV y LVIII del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, además de la representación anfitriona.
La CNTE advirtió que intensificará sus acciones si no hay respuesta, lo que podría escalar el conflicto a niveles que afecten eventos clave como el Mundial 2026, poniendo al gobierno federal ante un escenario de alta presión para atender las demandas magisteriales.






