- Todos manosean al PRI
- La cortesana digna
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: La tragedia partidista del PRI en Veracruz puede calibrarse de la siguiente manera. Las elites políticas han convertido al tricolor en la prostituta de la vecindad. Todas lo manosean. Todas lo utilizan. Todas “se rasgan las vestiduras” en su nombre.
El PRI, dice el politólogo Ramón Benítez, es un partido vivo porque todos se pelean entre sí.
Todavía hay catorce gobernadores con la marca roja en el país y así se consuelan, con todo y la chiquibancada en el Congreso federal y local.
El mundo ya conoce aquel domingo electoral sangriento. Fue como un salvaje bombardeo a un pueblo en tiempo de guerra.
Y ni así los tricolores se hincan. Creen, claro, en la resurrección. Y al mismo tiempo, en nombre del partido se declaran ángeles de la pureza. Impolutos. Todos los demás, y a diferencia de ellos, son corruptos.
La cortesana del barrio.
La derrota global en Veracruz ha significado la peor pesadilla.
Solo 44 presidentes municipales de los 212 Ayuntamientos. Y el 99 por ciento, chiquitos.
Sólo cuatro de los 50 diputados locales en la LXV Legislatura.
Sólo uno de los diputados federales, y por la vía pluri.
Ni una Senaduría.
Y la pérdida de la gubernatura por segunda ocasión.
Un bacanal de sangre así necesita una prostituta a quien culpar de la derrota de la gran familia roja.
PASAMANOS: Y más, cuando todas las llaves de los gasoductos quedaron cerradas para las elites rojas habituadas a hacer político con el billete por delante para ganar elecciones.
Quizá, claro, los priistas puedan llamarse hombres calumniados, pues en el lavadero de las culpas todos se llaman difamados.
Pero…, bueno, en todo caso, huyamos del pesimismo ahora cuando el PRI ha quedado sin fuentes de ingreso, pues quizá por ahí aparezcan unos mecenas, mecenas encumbrados (un empresario crecido a la sombra roja, un ministro de Economía de América Latina, el presidente de una fundación social o de un consorcio bancario, un Marcelo Odebrecht, un Juan Domingo Perón, etcétera) solidarios con la desgracias partidista.
Con todo, es la hora de recoger varas.
Y aprender a ser oposición inteligente, aun cuando las cúpulas están equivocando el camino como, por ejemplo, Marco Antonio del Ángel, el hijito de César del Ángel y sus 400 Pueblos, que en la plaza de los sacrificios dijera que las elites y los líderes (menos él, claro) “no sirven para una chingada”.
CORREDORES: En las ruinas humeantes del PRI, las elites manosean al tricolor como la prostituta de la vecindad.
Pero, cuidado, vaya el tricolor a terminar como la prostituta del libro bíblico de Josué, de nombre Rahaab, que ayudara a los enviados de Yahvé a salvar la vida ante los sicarios del rey de Jericó, el pueblo pagano.
Entonces, enviados por Josué, sucesor de Moisés, el rey los detecta y Rahaab los esconde en su casa de citas.
Los pistoleros del rey los buscan y llegan a la casa de Raahab y ella les miente, diciéndoles que huyeron por el monte, atrás de los llanos y los árboles, y que por ahí los buscaran.
Luego, la mesalina los orienta sobre otro camino para huir y avisar a Josué del estado de cosas en el pueblo.
Josué y su ejército entran y derrotan y matan al rey. Y avasallan con su ejército. Destrozan los templos paganos. Incendian el pueblo.
Y al mismo tiempo, agradecidos, protegen a Rahaab y a su familia y son los únicos sobrevivientes.
Rahaab, la cortesana digna del relato bíblico.
Además, los muertos resucitarán el Día del Juicio Final.
Y por añadidura, cuando el PRI vuelva a la vida, las elites que ahora maltratan al partido “llevarán la penitencia en el pecado” de la lengua.
BALAUSTRES: El bombardeo electoral contra el PRI arrasó con su triunfalismo histórico.
Y además de atarantarlos por completo, los desespero y sacó de sus casillas.
Y por vez primera enfrenta una batalla inédita que ni Carlos Romero Deschamps, Víctor Flores Morales y la profe Elba Esther Gordillo salvarán, tan entregados “y tirados al piso” como andan con AMLO.
Todos saben que “Veracruz es territorio de sanguinarios cárteles de narcotraficantes que se disputan el territorio y se financian secuestrando o reclutando de manera forzada a los migrantes” como escribiera Hermann Bellinghausen en La Jornada en una crónica intitulada “Las Patronas: una solidaridad sin fronteras.
Y aun cuando el escritor y poeta describe a la tierra jarocha como “un peligroso estado”, la noticia de los malandros ha dejado de ser de ocho columnas y desde hace dos meses su lugar estelar en los medios lo ocupa la derrota del PRI.
Y del PAN, claro.
Pero más aún, un PRI donde las elites manosean al partido rojo y cada parte lo utiliza como puede para declararse ángel de la pureza, y también para culpar a otros de ligeros y casquivanos, incluso, hombres fáciles atrás del billete, de cargos públicos y del poder.
Bien harían en leer el libro bíblico de Josué para aprender unas clasecitas de dignidad inspirados en Rahaab, la cortesana digna que salvó de morir decapitados a los enviados de Yahvé.
