Eugenio GONZÁLEZ | El Piñero
Oaxaca, México. – La ordeña de ductos y el trasiego ilegal de combustible siguen fluyendo en Oaxaca como si nada. Esta vez, fuerzas federales –y no las autoridades locales– realizaron un nuevo golpe al crimen organizado: 30 mil litros de diésel robado, un tractocamión y un autotanque asegurados, junto con la detención de un presunto responsable en Santa María Jalapa del Marqués.
El operativo fue ejecutado por Guardia Nacional y Ejército Mexicano como parte de la Estrategia Nacional de Seguridad. Mientras tanto, en el gobierno estatal nadie explica cómo estas redes de robo de hidrocarburos operan con tal descaro en carreteras vigiladas y municipios controlados políticamente.
La jornada federal incluyó cateos, decomisos de droga y armas en Aguascalientes, Jalisco, Sinaloa, Sonora y Zacatecas, pero el hallazgo en Oaxaca encendió alarmas: ¿quién protege a los huachicoleros locales?
Resultados del 19 de agosto:
Aguascalientes: ocho detenidos con drogas y armas; valor decomisado, 100 mil pesos.
Jalisco: un detenido con metanfetaminas valuadas en 409 mil pesos.
Sinaloa y Sonora: laboratorios inhabilitados y 3,600 litros de precursores químicos, pérdidas de 74 millones de pesos para el crimen.
Oaxaca: 30 mil litros de diésel robado asegurados… y ni un solo funcionario estatal da la cara.
El Gabinete de Seguridad federal insiste en que la estrategia se basa en inteligencia, Guardia Nacional y coordinación con los estados. Pero en Oaxaca la pregunta es inevitable: ¿coordinación con quién… o con qué intereses?