Jaime GUERRERO
La sesión virtual del Tribunal Electoral del Estado de Oaxaca (TEEO), -celebrada este martes-, se convirtió en escenario de un enfrentamiento verbal entre las magistradas Elizabeth Bautista Velasco y Gloria Ángeles Cruz López, quienes, lejos de centrarse en las impugnaciones y juicios de protección de derechos políticos en discusión, protagonizaron un intercambio de acusaciones que evidenció profundas tensiones entre ambas.
El conflicto estalló cuando Bautista Velasco, visiblemente afectada, se desvió del tema electoral para denunciar lo que calificó como agresiones sistemáticas y violencia verbal e institucional por parte de su colega, Gloria Ángeles Cruz López.
Bautista Velasco invocó el código de ética del TEEO, recordando que este establece principios fundamentales para garantizar un ambiente de respeto y sensibilidad hacia los derechos humanos en la institución.
“La ética es una disciplina que estudia la conducta humana bajo un punto de vista normativo. Todos los servidores públicos del TEEO debemos promover un clima de respeto recíproco en el ambiente de trabajo”, señaló.
La magistrada Bautista acusó a Ángeles Cruz de haber incurrido en conductas irrespetuosas, como saludos groseros y actitudes que, según afirmó, han escalado hasta el punto de hacerla temer por su integridad física.
“Ha sido grosera conmigo, azotó la puerta, y creo que no es una imagen que se deba dejar ante los trabajadores”, denunció.
Bautista Velasco, presumió que siempre ha defendido los derechos de las mujeres y ha mantenido un trato respetuoso hacia su colega, a pesar de discrepancias en sus posicionamientos.
“Pido respeto, como yo lo tengo hacia ella y hacia todo el personal”, demandó, haciendo un llamado a preservar la investidura del tribunal.
Cruz López respondió con vehemencia, rechazando las acusaciones y defendiendo su actuar.
Sin ceñirse al tema jurisdiccional en discusión, afirmó que siempre ha actuado con institucionalidad y profesionalismo, promoviendo una comunicación clara y un trato de respeto hacia Bautista Velasco y su equipo.
“En cada interacción, he actuado con consideración mutua y compromiso con los valores de respeto, profesionalismo y cordialidad que deben prevalecer en el servicio público”, aseguró.
Visiblemente molesta, añadió: “Si en algún momento se sintió ofendida, no lo tome de manera personal, porque nunca ha sido mi intención”. Sin embargo, evitó ofrecer disculpas, insistiendo en que su trato siempre ha sido de “muchísima consideración” y pidiendo reciprocidad.
El intercambio, cargado de tensión, desvió por completo la atención de los proyectos en análisis, dejando en segundo plano los juicios de protección de derechos políticos que debían resolverse.
La magistrada presidenta, Sandra Pérez Cruz, ecuánime, intentó mediar y reconducir la sesión al tema jurisdiccional, pidiendo a ambas que se centraran en el proyecto en discusión para no perder la secuencia y por respeto a los justiciables.
“Si no, deberíamos programar una sesión administrativa para tratar estos temas”, propuso, en un esfuerzo por retomar el orden.
Sin embargo, la intervención de la presidenta no logró apaciguar los ánimos.
Bautista Velasco insistió en sus acusaciones, reiterando que las agresiones de Ángeles Cruz son sistemáticas y que decidió hacerlas públicas porque las sesiones abiertas son “espacios seguros”.
“Temo por mi integridad, y por eso lo hago de manera pública. La ética la aplicamos cada uno de nosotros, no ordenamos que alguien la aplique”, denunció, antes de emitir su voto a favor del proyecto jurisdiccional en discusión, dando por concluido el episodio, aunque sin resolver el conflicto de fondo.
Mientras tanto, la secretaria de estudio y cuenta, Sara Mariana Jara Carrasco, observaba atónita el cruce de señalamientos, incapaz de seguir con la cuenta en discusión, pese a las indicaciones de la presidenta.
El ambiente en el TEEO, lejos de reflejar la estabilidad y el respeto que ambas magistradas invocaron, quedó marcado por la confrontación, evidenciando una fractura entre ambas.
La sesión, que debía ser un espacio para resolver impugnaciones y garantizar derechos políticos, se convirtió en un reflejo de las tensiones personales y profesionales.
Por ahora, las acusaciones de Bautista Velasco y la defensa de Ángeles Cruz dejan en el aire preguntas sobre la convivencia institucional y el cumplimiento del código de ética que, en teoría, rige a las magistradas.
Lo único claro es que, en el TEEO, la justicia electoral quedó opacada por un enfrentamiento que dista mucho de los principios de respeto y profesionalismo que ambas dicen defender.