Redacción | El Piñero
El reciente decreto firmado por la presidenta Claudia Sheinbaum, que impone aranceles de hasta 210% al azúcar importada, reconfigura el panorama económico del sector cañero, aunque también ha desatado un intenso planteamiento respecto al principal estado productor del país: Veracruz.
La medida surgió luego de semanas de protestas y bloqueos encabezados por organizaciones cañeras que denunciaron la llamada “guerra del azúcar”, provocada —según dijeron— por el ingreso masivo de endulzantes extranjeros que desplomaron los precios nacionales. El decreto, publicado el 10 de noviembre en el Diario Oficial de la Federación, incrementa los impuestos a las importaciones de azúcar, alcoholes y jarabes con el objetivo de frenar la sobreoferta que había puesto en riesgo la rentabilidad de miles de familias productoras.
Veracruz, epicentro del impacto
Municipios como Cosamaloapan, Tres Valles, Tierra Blanca, Pánuco y Omealca, pilares de la industria cañera, se perfilan como los más beneficiados. En conjunto, estas regiones sostienen buena parte de los 19 ingenios azucareros del estado, lo que convierte a Veracruz en el líder nacional en producción.
La gobernadora Rocío Nahle celebró públicamente la decisión federal y aseguró que la medida ayudará a “eliminar distorsiones en el mercado” y recuperar un precio justo para el productor.
Productores celebran, analistas cuestionan
Aunque muchos cañeros consideran el decreto como un respiro esperado desde hace meses, especialistas en comercio exterior advierten que el impacto real dependerá del comportamiento del mercado y de la capacidad del gobierno para sostener esta política sin generar efectos secundarios.
Mientras tanto, en los campos veracruzanos la noticia cae como un acto de alivio, en un momento en que cientos de familias enfrentaban pérdidas severas. La industria azucarera vive así un nuevo capítulo, uno que podría redefinir el futuro económico de la región.






