Por: Roberto Polo Hernández
Oaxaca, Mexico.- Identificado como el mayor productor de energía eólica de la región del Istmo, Unión Hidalgo también se ha convertido en uno de los municipios con mayor número de viviendas destrozadas. El pueblo pide manos y medicinas para amortiguar la salud que decae frente a la devastación.
Información de pobladores y líderes municipales precisa que más de mil viviendas colapsaron en su estructura, luego de que no resistieran el terremoto y las constantes réplicas.
En voz de Pablo Ruiz Vázquez -que se identificó como comandante general en obras públicas- la desgracia que vive Unión Hidalgo es, hasta el momento, innumerable pues muchas casas se siguen fracturando a consecuencia de los repetidos sismos.
NOS FALTAN ALIMENTOS: PÁRROCO
Por su parte José Cristino, párroco del templo de San Pedro Apóstol, cuya estructura también colapsó, reseña que el escenario es totalmente adverse frente a la ayuda que se está realizando.
Indicó que en apoyo a los afectados, la iglesia católica ha activado centros de acopio en distintos puntos del estado y del país. No obstante los víveres han tardado en llegar a cubrir las necesidades.
“Nos urge alimentos, sobre todo comida enlatada y no perecedera, pues la emergencia continúa y no hay mucha asistencia todavía”.
En otro tenor y en aviso a la población en general, informó que por acuerdo de su iglesia y el INAH, todos sus templos quedarán cerrados al público en afán de evitar riesgos ante los sismos que, a toda hora, se registran en suelo istmeño.
NECESITAMOS MANOS PARA DERRIBAR NUESTROS HOGARES
En tanto un poblador que perdió todo su patrimonio, debilitó su garganta al pedir manos para derribar su casa. “Nunca creí que iba a decir esto, pero hoy necesito ayuda para derribar mi casita”.
Y es que, de acuerdo a las autoridades, existen viviendas que necesitan ser demolidas pues carecen de estabilidad y tienen pronunciado riesgo.
Lo anterior ha provocado que miles de personas salgan a la calle para improvisar estancias que les brinden protección, pues hoy las viviendas dañadas ponen en jaque su vida.
