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Diario de un reportero: Polis, aliados de malandros

El Piñero

 

Luis Velázquez

21 de octubre de 2017

DOMINGO

Mucho dolor en Veracruz

 

Hay en Veracruz un dolor y un sufrimiento humano de antología. Nunca antes como ahora. Viene del montón de padres de familia que han perdido a un hijo, desaparecido, secuestrado, quizá asesinado, acaso sepultado en fosa clandestina.

En muchos, muchísimos hogares, lloran a un hijo, a un primo, a un tío, a un familiar, desaparecido de un día para otro, sin dejar rastro.

Sus padres se han integrado en ONG para la búsqueda de todos ellos y quienes conservan la esperanza de encontrarlos con vida.

Es un dolor terrible. Y más, porque en el diccionario de la Real Academia Española ni siquiera existe un término y un concepto para definir su dolor.

Por ejemplo, si un hijo pierde a uno de sus padres se define como huérfano.

Y si un hombre pierde a su pareja, se le llama viudo. O al revés. Viuda.

Si una pareja se separan luego de varios años de matrimonio se identifican como divorciados.

Y si una madre y un padre pierden a un hijo, como en el caso, ninguna palabra define su estado espiritual y social.

Además, el sufrimiento se multiplica porque ni siquiera tienen, y en todo caso, un cadáver para la cristiana sepultura ni menos para llevar flores al panteón y prender una veladora en casa, conscientes y seguros de que el hijo ya descansa en paz.

 

LUNES

Polis, aliados de malandros

 

La incertidumbre y la zozobra son más grandes, porque una circunstancia es que los hijos desaparecidos hayan sido levantados, digamos, por los malandros, y otra que en el plagio participaran policías en alianza con los malosos, como está documentado en muchos casos.

Y es que lo anterior significa el peor de los mundos, cuando los policías, encargados de garantizar la seguridad en la vida y en los bienes, se ponen al servicio de los carteles y cartelitos para, incluso, secuestran a las personas y luego entregárselas, como fueron, entre otros, los casos de los cinco chicos de Playa Vicente, y los tres chicos de Papantla y Gibrán, el cantante de “La Voz México” y las tres edecanes de Amatlán y Córdoba.

Nunca antes en Veracruz el infierno tan temido que estamos padeciendo y viviendo, incluso, diez meses y 21 días después de que terminara el duartazgo.

Lo peor: nadie puede cantar victoria. Nadie está salvo. Todos estamos expuestos a que cualquier día, unos sicarios levanten y desaparezcan.

 

MARTES

Pitorreo de la Fiscalía

 

La señora Lucía Díaz Genao es una figura icónica de la búsqueda intensa y dramática de su hijo desaparecido y de los hijos de otras familias, con quienes integraron la ong “Solecito”.

Su hijo, Luis Guillermo Lagunes Díaz, DJ, de 31 años, fue secuestrado de su departamento en el fraccionamiento Reforma, en el puerto jarocho, el 28 de junio del año 2013, tercer año del sexenio más cruel y atroz en la historia de Veracruz, como fue (y es) el de Javier Duarte.

Y cuando doña Lucía decidió entregar su vida a su búsqueda en todos lados donde aparecieran fosas clandestinas se volvió una mujer incómoda para el sexenio anterior.

Y más, cuando el ex Fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras (igual que Jorge Wínckler) se pitorreaba de las madres integrantes del Solecito, como si fueran las peores enemigas y adversarias, capaces, digamos, de conspirar en contra del llamado Estado de Derecho.

Ahora, ya se sabe, por ejemplo, que Bravo Contreras engañó y estafó a todas ellas con expedientes falsarios, donde solo tenían el nombre y el lugar de la persona desaparecida, sin mayores datos de una investigación formal.

Y lo peor entre los peor, en contraparte, el ex Fiscal también se enriqueció a la sombra del poder, a tal grado que, por ejemplo, y por alguna razón poderosa Javier Duarte le vendió y/ o regaló el rancho “El faunito”, de Fortín, que cuando fue embargado por la yunicidad descubrieron que tenían 90 pinturas de artistas famosos, entre ellos, de Diego Rivera y Botero, adquiridas con cargo al erario y para su patrimonio personal.

 

MIÉRCOLES

Pesadilla inacabable

 

Desde el sexenio anterior, los días y las noches para los familiares de los desaparecidos han sido una pesadilla.

Además de la ausencia del hijo amado, del gobernador para abajo, incluidos el secretario de Seguridad Pública y el Fiscal, los agentes del Ministerio Público, las corporaciones policiacas, han mirado a los familiares de las víctimas con desdén, menosprecio y desprecio, como si fueran sus peores enemigos del mundo.

Pareciera, incluso, que las partes están trepadas en el ring en una pelea inacabable, y en donde la parte oficial anda en una contraofensiva, cuando de por medio, caray, hay desaparecidos, muchos de los cuales, por tantos años transcurridos (y ojalá estuviéramos equivocados) habrían sido ejecutados.

Significa, entonces, otra pesadilla. Y peor, pues fueron “levantados”, siguen desaparecidos, y todavía victimizados por el mismo aparato gubernamental.

¡Vaya tragedia de derechos humanos!

 

JUEVES

“Corrupción con letras grandes”

 

El asunto de los desaparecidos está cien por ciento politizado.

Por ejemplo, las ongs fueron apapachadas y les otorgaron la medalla “Adolfo Ruiz Cortines” en el Congreso local y el subsecretario de Gobernación, encargado del área, el elbista Roberto Campa Cifrián, ha viajado en repetidas ocasiones a Veracruz para reunirse con ellas, y sin embargo, ningún resultado concreto y específico.

Por el contrario, el Solecito, por ejemplo, recurre a todo (vendimia en el carnaval jarocho y en la playa en Semana Santa) para avenirse de recursos con que continuar el rastreo de pistas.

Y lo último, la señora Lucía de los Ángeles Díaz Genao denunciando posibles nubarrones de corrupción en la Fiscalía para la adquisición de pruebas de ADN.

Pero más aún: ninguna licitación para definir a la empresa proveedora y que dadas las tropelías en el duartazgo se prestaría a un tráfico de influencias.

“Y si uno se queja, dice Díaz Genao, entonces lo bloquean. Yo veo con corrupción… con letras grandes” (La Jornada, Norma Trujillo).

 

VIERNES

El Fiscal contra las ONG

 

Ene número de ocasiones, el Fiscal se ha lanzado en contra de las ONG de los familiares de desaparecidos.

Sus tuitazos en el mejor estilo de Donald Trump de igual manera expresan su egolatría y frivolidad (haciendo paella para los amigos, por ejemplo) que se van al otro extremo radical enlodando la causa social y espiritual de las madres de las víctimas.

Es más: en la versión oficial se asegura que el góber azul ha llamado la atención al Fiscal por las groserías y desplantes a las ONG y sin embargo, el señor continúa, dueño que se cree del destino jurídico de Veracruz.

El Fiscal contra las ONG Y las ONG en su dolor y sufrimiento humano, soportando las agresiones.

En el relato bíblico se hablaba de los derechos humanos. En la revolución francesa, alcanzaron dimensión estelar. Y México, como siempre, llegó con 50 años, o más, de retraso al nuevo mundo.

Y en el caso de Veracruz, todo indica que seguimos en la edad de piedra.

Los desaparecidos, ni tampoco sus familiares, forman parte de la política oficial, pues los han venido cabeceando con palabras bonitas, promesas incumplidas, apapachos, para evitar una sublevación mayor.

Y más, cuando el valle de la muerte que es Veracruz sigue llenándose de desaparecidos y secuestrados y asesinados, la mayoría en la impunidad.

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