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Diario de un reportero: “Tiro de gracia” de Yunes; la pesadilla que vivimos en Veracruz

El Piñero

 

Luis Velázquez/ Diario de un reportero

10 de febrero de 2018

DOMINGO

“Tiro de gracia” de Yunes

 

La yunicidad ha dado “un tiro de gracia” más al duartazgo. Ahora, en el peor talón de Aquiles. El delito de desaparición forzada, delito de lesa humanidad, delito que nunca, jamás, prescribe.

El miércoles 7 de febrero hubo tiroteo en Ciudad Mendoza y Río Blanco. Nueve muertos en total, dos de los cuales, civiles. Un niño, entre ellos. Daños colaterales les llamaron. Igual que Felipe Calderón con sus 150 mil muertos dejados luego del sexenio.

Pero ese mismo día Veracruz y el país se estremecieron. La yunicidad detuvo a diecinueve ex jefes policiacos de la secretaría de Seguridad Pública de Arturo Bermúdez Zurita, preso en el penal de Pacho Viejo.

Y de entrada, todos, acusados, por lo pronto, de quince desapariciones forzadas en el año 2013, la mayoría jóvenes, cuatro de ellos menores de edad.

Y entre los detenidos, jefes máximos. Uno de ellos, por ejemplo, el ex director de la Fuerza Civil, Roberto González Meza, aquella corporación policiaca creada, se dijo, para garantizar el Estado de Derecho y que luego fuera relevado, todo indica, por el Estado Delincuencial.

 

LUNES

La pinza se cerró…

 

Era la pinza que se necesita para cerrar el tsunami de políticos duartistas acusados de pillos y ladrones encerrados en el penal de Pacho Viejo.

Van, por lo pronto, doce políticos encerrados tras las rejas. Otros más, amparados. Otros más, prófugos de la justicia. Otro más, con denuncias penales en la Fiscalía tanto del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, como de la Contraloría.

Faltaba el gran pendiente social, moral y ético, como es la desaparición forzada en un Veracruz donde decenas, cientos de madres de familia, aglutinadas en los Solecitos y Colectivos siguen buscando a sus familiares desaparecidos en el sexenio anterior.

Incluso, cuando con las fosas clandestinas en las “Colinas de Santa Fe”, Veracruz brincó al resto del país y del mundo con la fosa más grande de América Latina casi casi en las playas de Chalchihuecan, allí donde mismo donde hace 500 años el sifilítico Hernán Cortés fundara el primer Ayuntamiento continental en tierra firme.

 

MARTES

La pesadilla que vivimos

 

La yunicidad se anota un hit. Y más porque resulta inverosímil que Javier Duarte permitiera tanta brutalidad de sus fuerzas de seguridad, primero, para desaparecer personas, y segundo, para aliarse con los malandros y en conjunto secuestrar, desaparecer, asesinar, cercenar y pozolear a los civiles.

Y más por lo siguiente:

El ex director de la Fuerza Civil, Roberto González Meza, tiene una hoja impresionante de servicios para que terminara en la atrocidad total y absoluta.

De 42 años de edad, graduado como Oficial de Infantería en el Heroico Colegio Militar de Tlalpan.

Miembro del Grupo Aeromóvil de las fuerzas Especiales de la Segunda Región Militar de Durango.

Ungido como jefe máximo de la Fuerza Civil, la corporación policiaca puesta de ejemplo universal de servicio a la población.

Ahora, acusado de participar en al menos quince desapariciones forzadas en el sexenio de Javier Duarte.

La piel social se enchina, como si estuviéramos en el campo Gulag de José Stalin, el político más sangriento en la historia de la humanidad.

 

MIÉRCOLES

Sórdido aparato oficial

 

Era siniestra la estrategia de Arturo Bermúdez y compañía para actuar, intimidar, acalambrar y reprimir, todo, aprobado por Javier Duarte.

Por ejemplo:

Integró a modo la “Fuerza de Reacción de la División de la Policía Estatal” que detenía a las personas bajo el delito de sospechosos.

Luego, tal “Fuerza” entregaba a los detenidos a la “Fuerza Especial de la secretaría de Seguridad Pública” y que a su vez las entregaba a la Academia de Policía de “El Lencero”, donde se encargaban de tres operativos:

Uno. Sacarles información.

Dos. La tortura.

Y tres. La desaparición forzada, de tal manera que jamás volvieron a ser vistos por los familiares, no obstante tantas manifestaciones callejeras.

Y como parte del desdén, Duarte enviaba a su secretario de Seguridad Pública (Arturo Bermúdez Zurita) y a su Procurador (entonces, Felipe Amadeo Flores Espinoza) y luego a su Fiscal estrella (Luis Ángel Bravo Contreras) y a su vocera (María Georgina Domínguez) para echar el cabezazo a los familiares de las víctimas.

El desprecio de Duarte a la vida de los gobernados, pero más aún, aniquilando el legítimo derecho a vivir.

 

JUEVES

Presos por desaparición

 

La señora Lucía Díaz Genao es la vocera del Solecito. Ella misma perdió a su hijo, el “DJ Patas”, desaparecido en el duartazgo.

Ella dice que sólo, únicamente, cuando más mandos policiacos y ex policías y policías en activo sean detenidos significará “un buen indicio de esperanza para que haya paz” (Alcalorpolítico).

Y más, porque de acuerdo con su experiencia y vivencias e informaciones hay “decenas, cientos de mandos involucrados”.

Ella también advierte que una cosita es detener a los policías y sus jefes inmediatos y otra, cien años luz, proceder contra Arturo Bermúdez, el secretario de Seguridad, jefe superior, y contra Javier Duarte, jefe máximo, y que habrán de ser acusados de desaparición forzada, y que por lo pronto, el jueves en la noche ya quedaron formalmente presos en Pacho Viejo por tal delito Oscar Tirado Sánchez, ex director de Prevención Social, y Roberto González, director de la Fuerza Civil.

Van por José López Cervantes, ex comandante de la Fuerza Especial, también detenido en el operativo “Tiro de gracia”.

 

VIERNES

Justicia, justicia, justicia

 

La lista de desaparecidos es tan complicada como incalculable.

Una lista, por ejemplo, tienen las ONG.. Otra, la Fiscalía. El semanario Proceso dice que son más de 3 mil. La diputada local, Marijose Gamboa Torales, cuantifica que más de quince mil.

Quince mil… en una población de 8 millones de habitantes, dirían Javier Duarte, Arturo Bermúdez y amigos que los acompañaron, son pocos.

El sufrimiento humano en tantas familias con hijos y parientes desaparecidos, sin que nunca regresaran a casa, y más cuando los presuntos culpables son los políticos y los policías, aliados con los carteles y cartelitos significa el horror.

El primer acto de justicia está dado. Y si se considera que a la yunicidad le faltan nueve meses y 18 días, entonces, la Fiscalía ha de apurarse, primero, para dictar sentencia a los duartistas presos en el penal de Pacho Viejo…

Segundo, dictaminar sobre las denuncias penales de la Contraloría en contra de 315 ex y servidores públicos acusados del desvío de 48 mil millones…

Tercero, dictaminar sobre las 139 denuncias del ORFIS en contra de igual número de funcionarios por clavarse 29 mil 879 millones de pesos…

Cuarto, detener y procesar, como anunció el gobernador, a Karime Macías y a sus ocho familiares…

Y quinto, dictaminar sobre los políticos y policías que vayan deteniendo, acusados de desaparición forzada.

El tiempo apremia y cientos de hogares esperan justicia por sus hijos y familiares levantados por la secretaría de Seguridad Pública aliada con los narcos en el sexenio anterior.

“Doce años de la más brutal corrupción y desapego a la ley” padecidos en Veracruz, dijo el gobernador Yunes, en el Duartazgo y en el Fidelato.

“Policías corruptos como el régimen al que sirvieron”.

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