•Veracruz, el infierno
Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. Todos los días chorrea sangre
Los días y noches son turbulentos en Veracruz. Todas las horas chorrea sangre. El único consuelo es festejar los 50 años de Jennifer Aniston con Brad Pitt quien llegara a la fiesta de sorpresa o zambullirse en las fotos de las hermanas Kardashian para, digamos, olvidar los días huracanados.
Quizá, claro, el ciudadano común y sencillo podría distraerse cotejando un billete de veinte pesos y otro de quinientos ahora que los dos son de color azul.
Pero con todo, la creciente ola de violencia arrasa y avasalla en los 212 municipios.
El último feminicidio, por ejemplo, fue atroz.
La señora Susana Beatriz Herrera Ascencio, de Coatzacoalcos, se convirtió en la mujer número seis asesinada en los días que van de febrero.
A: la secuestraron. B, la desaparecieron. C, la amarraron de pies y manos. D, la mataron. E, la abandonaron en una calle (caray, vaya mensajito) de la zona de tolerancia.
Su esposo, el empresario Luis Manríquez careció de liquidez para cubrir el rescate millonario, igual, igualito como ha sucedido en otras latitudes de la geografía estatal.
Y todavía así, el gobernador festina que el índice de violencia va en caída libre, cuando, además, cada día en el sur de Veracruz están robando hasta cien cabezas de ganado. “Nos está yendo de la fregada” dicen los ganaderos.
Lo peor:
Dice que en el norte de Veracruz, la violencia ha caída en un 80 por ciento, luego de que 9 presidentas municipales integraran un frente común para defenderse y defender a sus pueblos, entre otras cositas, de los malandros.
El góber de AMLO, por un lado. Y la población, por otro.
El mundo del góber, color de rosa. El mundo de la población, el infierno.
El sábado 16, otra marcha ciudadana más en Coatzacoalcos en contra del presidente municipal, Víctor Manuel Carranza Rosaldo.
“Nos están solos” ofreció el diputado local, Amado Cruz Malpica.
DOS. Por todos lados, el infierno
Un infierno llamado Veracruz:
En Coatzacoalcos, la iniciativa privada exige la renuncia del ineficiente presidente municipal.
Y en Coatza, suspenden clases escuelas privadas por tanta inseguridad.
En Córdoba, los taxistas sopesan cancelar el servicio nocturno.
En Acultzingo, más escuelas paran labores… por la inseguridad.
En Astacinga, el alcalde, emboscado, herido de muerte, superó la adversidad en el hospital y regresó a casa.
Por todos lados, el infierno.
