Jaime GUERRERO
La Cámara de Diputados aprobó este miércoles en la madrugada una reforma a la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación (LIGIE) que implica un aumento de aranceles —o la imposición de nuevos gravámenes— a 1,463 fracciones arancelarias correspondientes a productos importados de países con los que México no tiene tratado comercial vigente.
La votación concluyó con 281 votos a favor de los bloques del Morena y del Partido Verde Ecologista de México (PVEM); 24 en contra del Movimiento Ciudadano (MC); y 149 abstenciones principalmente del Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI) —y de facto del Partido del Trabajo (PT), que se separó del bloque oficialista en esta votación.
Las nuevas tarifas implican aumentos de entre 5 % y hasta 50 %, dependiendo del tipo de producto.
Los cambios impactarán a una gama amplia de bienes: autopartes, autos ligeros, textil, vestido, plásticos, siderurgia, electrodomésticos, calzado, juguetes, muebles, vidrio, marroquinería, papel y cartón, entre otros.
De las 1,463 fracciones: 316 corresponden a productos que hasta ahora no pagaban arancel alguno —por lo que estos bienes tendrán un nuevo gravamen.
Las demás fracciones ya tenían arancel, pero verán incrementos: 341 fracciones pasarán a tener 35 %, otras 302 a 10 %, y varias más verán incrementos variables.
Países directamente afectados incluyen, pero no se limitan, a China, Corea del Sur, India, Vietnam, Tailandia, Brasil, Indonesia, Taiwán, Nicaragua, Emiratos Árabes Unidos y Sudáfrica.
Según lo expresado por los promotores de la reforma —entre ellos el diputado que presidió la comisión dictaminadora— la propuesta tiene por objetivo crear un “entorno económico equilibrado, competitivo y favorable al desarrollo nacional”.
La idea es proteger a la industria nacional frente a importaciones de bajo costo provenientes de países sin acuerdo comercial con México, en sectores donde existe riesgo de competencia desleal.
Asimismo, la reforma llega en un momento en que los ingresos por impuestos a la importación —conceptos incluidos en el IGI— han cobrado mayor relevancia: de representar el 2.1 % de los ingresos tributarios totales entre 2018 y 2023, para 2026 podría elevarse a cerca del 4.4 %.
Oposición y advertencias: impacto sobre consumidores, MiPymes y cadenas productivas
Los bloques opositores —PAN, PRI, MC y PT— advirtieron durante el debate que el aumento abrupto de aranceles podría generar efectos negativos de corto plazo, como presiones inflacionarias.
Se señaló que al encarecer insumos como autopartes, materiales plásticos, materias primas, textiles o calzado, las pequeñas y medianas empresas podrían verse gravemente afectadas, incluso algunas obligadas a competir con plantas industriales más grandes que operan con economías de escala.
Además, expertos advierten que la medida no garantiza una reindustrialización real —esta depende de inversión, financiamiento, condiciones laborales y otras variables estructurales.
Para muchos compradores, el efecto será tangible: productos de uso cotidiano —ropa, calzado, accesorios, electrodomésticos, autopartes, ropa, juguetes— podrían subir de precio significativamente.
La reforma representa, por su magnitud y alcance, uno de los cambios arancelarios más grandes en años recientes.
El dictamen todavía requiere su revisión en el Senado para su aprobación definitiva.
Se vende como política industrial, pero su efecto más inmediato lo pagará el consumidor.






