Jaime GUERRERO
El Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) atraviesa un momento de tensión y descoordinación interna en medio de los preparativos para el proceso de revocación de mandato del gobernador Salomón Jara Cruz.
Fuentes consultadas al interior del órgano electoral confirman la eterna descoordinación y divisiones entre la consejera presidenta, Elizabet Sánchez González, y varios miembros del Consejo General, lo que ha generado un ambiente de confrontación que podría afectar el desarrollo de este ejercicio democrático.
Según las fuentes, Sánchez González mantiene serias diferencias con los consejeros Alejandro Carrasco, Jessica Hernández García, Zayra Hipólito y Fernanda Espinoza.
Aunque ha buscado diálogo y acercamiento con el consejero Manuel Cortés Muriedas, esta relación no ha estado exenta de momentos de confrontación.
Por su parte, con la consejera Ana María Márquez Andrés, la relación se describe como fría, lo que evidencia una falta de cohesión en el seno del instituto.
El IEEPCO enfrenta un plazo crucial: mañana, 10 de octubre, deberá aprobar los lineamientos y formatos, tanto físicos como digitales, para la recolección de firmas en el proceso de revocación de mandato.
En la mayoría de los municipios se utilizará un formato digital para la recolección de apoyos; sin embargo, en los municipios de alta marginación se aplicará un régimen de excepción que permitirá el uso de formatos físicos, con el objetivo de garantizar la participación en comunidades con menor acceso a la tecnología.
Desde la llegada de Elizabet Sánchez González a la presidencia del IEEPCO, el instituto ha estado marcado por un ambiente de confrontación abierta con la mayoría de las consejerías.
Las fuentes señalan que no se han logrado los consensos necesarios para designar a las personas titulares de las direcciones ejecutivas, por lo que estas posiciones son ocupadas actualmente por encargados cercanos a la presidenta.
Esta situación ha generado críticas sobre la falta de imparcialidad en la gestión del organismo.
Además, Sánchez González ha enfrentado denuncias por presuntos actos de corrupción, violencia de género y obstrucción en el ejercicio de su funciones, lo que ha incrementado la tensión al interior del instituto y ha puesto en duda su liderazgo en un momento clave para la democracia oaxaqueña.
Lo mismo, Sánchez González, ha denunciado violencia política en su contra y afirma que no ha incurrido en presuntos actos de desvío de recursos.