- Vivir según la suerte
- Jalar los bigotes al tigre
Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracruz.- EMBARCADERO: Hay una novela deslumbrante… Se llama “El hombre de los dados” de Luke Rhinerart… Es la historia de un hombre que en un día de su vida toma la decisión de vivir de acuerdo con lo que el dado establezca… Cada día, antes de salir a la calle, escribe 6 opciones, los mismos costados de un dado, y lo gira… Y como en el juego del “Toma todo”, según caiga el dado actúa en el transcurso del día correspondiente… Así la vida se le vuelve más interesante, pero al mismo tiempo, imprevista y hasta dichosa, pues nunca, jamás, se aburre… Desde luego, el mismo hombre establece las opciones en cada nuevo amanecer, pero siempre intensas, frenéticas, insólitas, temerarias y audaces… Es decir, cada vez le va subiendo a la bilirrubina con el motor a mil por hora y el tanque lleno de gasolina… Y tal cual se lanza al agua, unas veces tranquila y pacífica, las menos, y las más, avasallante… Simple y llanamente se trata de un “viaje diario a un país desconocido” como dice el escritor y reportero francés Emmanuelle Carrére, quien años atrás viajó de Francia a Estados Unidos para entrevistar al novelista de “El hombre de los dados”…
ROMPEOLAS: La historia de la novela inicia cuando aquel hombre enamora de una señora vecina en el edificio donde vive… La señora es fascinante… Y desde que el hombre la conoció sintió un estremecimiento… Primero fueron las miradas, luego las miradas y después las miradas… Fue, digamos, el mismo sismo que estremeció al Dr. Atl, Gerardo Murillo, cuando le presentaron a Nahui Ollín (Carmen Mondragón) en el siglo pasado en la Ciudad de México, y sus ojos verdes, verdes mar, revolcaron las entrañas del pintor… “El hombre de los dados” es un hombre tímido, introspectivo, indeciso, temeroso… Un día se le ocurre decidir el paso siguiente a través de un dado… Y establece varios caminos, entre ellos, y por ejemplo, apagar en seco la pasión por la señora preciosa que va creciendo en su interior, acercarse a ella y presentarse, cambiar de edificio de apartamentos y vivir en el otro extremo de la ciudad, y/o de plano, jugar el todo por el todo…
ASTILLEROS: El hombre juega su destino inmediato en el dado… Y el dado cae en el lado que menos deseaba y que era presentarse a ella y confesarle la pasión volcánica… Ese mismo día, vigilando la ausencia del esposo, el hombre toca a la puerta… Y la señora le abre… Y “El hombre de los dados” se confiesa y le dice que está enamorado de ella… Y la señora le invita un café… Y dos horas después, se retira, feliz, contento, realizado… Entonces, se dice: “El destino de los dados”… Y a partir de aquel día excepcionalmente bello en su vida, decide vivir de acuerdo con los dados, de igual manera como otros consultan, digamos, los astros, antes de salir de casa cada mañana… Y tal cual, al pie de la letra… Con todo y que su vida pueda desembocar en un callejón sin salida, consciente y seguro de que en ningún momento se aburriría… La vida plena, jalando los bigotes al tigre de los días y las noches, pues ya después de la muerte habrá tiempo de sobra para aburrirse en el cielo o en el infierno…
ARRECIFES: El hombre empieza escribiendo opciones opciones light para pegarlas al dado y elegir en cada día… Simples y sencillas, inofensivas, complacientes… Por ejemplo, entre ir al cine o al teatro, entre comer en casa o en un restaurante, como permanecer abstemio o emborracharse, como irse de farra con una amiga o escuchar misa… Pero de pronto, siente el hastío… Pero como el dado se ha convertido en la razón de su vida, en su dios, en su “becerro de oro”, en su Buda, en su Alá, entonces, aumenta las emociones… Y mezcla y entremezcla opciones rosas con rojas, desde la lectura de un libro hasta una fiesta swinger… incluso, hasta agarrar a golpes al primer hombre que se tope en la calle… Y su vida recobra el sentido deseado de la emoción intrépida…
PLAZOLETA: La pasión frenética se desborda cuando un día está sólo con sus hijos y decide enseñar el juego del dado a los tres, a tono, claro, con su edad, alumnos de la escuela primaria… Y así comienzan… Pero un día, el hombre-padre les decide que el juego del dado tiene sentido cuando aumentan el tono de la emoción… Un hijo le confiesa que desea agarrar a golpes un compañerito de la escuela que lo tiene harto… Y “El hombre de los dados” le dice que escribe su deseo como una opción, además, claro, de cinco más… Y cuando el niño tira el dado y cae, resulta que el dado le ordena madrear al niño… Y al día siguiente, en el recreo, así nomás, golpea al niño incómodo… Y cuando el maestro le pregunta la razón, el niño confiesa que “El dado” se lo ordenó… Y el padre queda al descubierto…
PALMERAS: El destino de “El hombre de los dados” cambia por completo… La madre lo lleva a juicio y le quita a los niños y el hombre queda solo… Solo y sus dados, pues para entonces, tiene una colección… ¡Ah!, pero el hecho se va a la primera plana de la prensa escrita y se vuelve un escándalo… Insólito: en todo el mundo aparecen discípulos que de igual manera deciden vivir de acuerdo con la suerte echada por el dado… Creador de una filosofía de vida, con todo y el dolor de la pérdida de los hijos, “El hombre de los dados” con sus discípulos recupera la vitalidad y sigue viviendo a mil por hora… Y, bueno, lo que sigue ahí lo dejamos por si el lector deseara buscar el libro, conscientes todos de que se trata de una ficción, vaya a resultar que de pronto, aquí también apareciera el club jarocho de “El hombre de los dados”…