Redacción El Piñero
Ciudad de México.– Mientras miles de oaxaqueños hacen milagros para estirar su salario, sus diputados federales de Morena y aliados celebran cumpleaños en hoteles de lujo, con cenas gourmet, música en vivo y copas de vino “de la cosecha personal del patrón”. Sí, así como lo lee.
El diputado Pedro Haces Barba, de Morena, celebró su cumpleaños número 60 en el hotel St. Regis, uno de los más caros del país, donde una habitación cuesta más de 17 mil pesos por noche. Y ahí estuvieron —brindando, riendo y bailando— Carol Antonio Altamirano, Raúl Bolaños Cacho Cué, Mariana Benítez Tiburcio e Irma Juan Carlos, todos legisladores por Oaxaca, todos integrantes de la supuesta “Cuarta Transformación”.
¿Y la austeridad? ¿Y el “no robar, no mentir, no traicionar”? ¿Dónde quedó ese discurso que repiten como papagayos cada que pisan un pueblo marginado de su estado?
Estos mismos personajes que juran caminar del lado del pueblo, cruzaron la alfombra del St. Regis como si nada. Subieron a los salones privados, se sentaron a comer como reyes y se tomaron fotos con quienes hace apenas unos años señalaban como parte de “la mafia del poder”.
Porque lo más grotesco no fue la fiesta en sí, sino la hipocresía descarada. Los mismos que votan recortes presupuestales para salud, educación y cultura, hoy se gastan miles en un brindis al que, claro, el pueblo no está invitado.
No es casual que en esa cena se tejieran alianzas entre Morena, PRI, PVEM y PT. Porque, cuando hay vino y poder de por medio, las diferencias ideológicas desaparecen.
Este editorial no busca moralizar. Lo que buscamos es recordarles que mientras ellos festejan con quesos finos, en Oaxaca hay gente que cena tortilla con sal.
Y que mientras ellos se abrazan con políticos de otros partidos, en las calles los votantes aún creen que la 4T es distinta.
Pero no lo es.
Solo cambió de sede. Ahora el saqueo se hace con boleta de Morena en la mano y copa de vino en la otra.
