Lo que prometía ser unas vacaciones de ensueño en altamar se convirtió en una de las peores pesadillas marítimas del siglo XXI. Más de 4,000 personas a bordo del Carnival Triumph quedaron varadas durante cinco días en el Golfo de México, sin energía, sin aire acondicionado y con aguas negras desbordándose por pasillos y camarotes.
A más de una década del incidente, Netflix revivió el escándalo en su nueva serie documental Fiasco total, donde el episodio titulado El crucero de la caca vuelve a poner en el centro de la conversación uno de los accidentes más bochornosos en la historia de los cruceros.
Todo comenzó con un incendio
El 10 de febrero de 2013, mientras el Carnival Triumph regresaba a Galveston, Texas, tras una escala en Cozumel, un incendio en la sala de máquinas interrumpió el trayecto. La falla, provocada por una fuga de combustible en un motor diésel, no causó heridos, pero sí un apagón total.
Sin propulsión ni sistemas eléctricos, el crucero quedó a la deriva. En cuestión de horas, los baños dejaron de funcionar, el aire acondicionado colapsó y los sistemas sanitarios comenzaron a desbordarse. Las condiciones se volvieron insoportables.
Aguas negras por todas partes
El desastre sanitario fue tal que los pasajeros comenzaron a apodar el barco como el crucero de la caca. Las heces y aguas residuales se acumularon en bolsas improvisadas, cubrieron pisos y alfombras, y fluyeron por los pasillos.
Muchos durmieron en la intemperie para escapar del hedor. Otros improvisaron tiendas con sábanas. Se formaron filas para acceder a comida racionada, mientras la desesperación, el calor y la suciedad generaban un ambiente de tensión generalizada.
Rescate lento, crisis prolongada
Las corrientes arrastraron al barco más lejos de su ruta original, lo que dificultó la llegada de remolcadores. El rescate tardó cinco días. Finalmente, el Carnival Triumph fue llevado al puerto de Mobile, Alabama, donde los pasajeros descendieron entre vítores de alivio y rostros exhaustos.
La compañía Carnival ofreció compensaciones: reembolsos, traslados, bonos y 500 dólares por persona. Pero el daño a su reputación ya estaba hecho.
Un accidente evitable
Investigaciones posteriores revelaron que la falla era previsible. El motor donde inició el fuego ya había presentado nueve fugas previas y requería mantenimiento urgente desde más de un año antes. El incidente evidenció negligencia en los protocolos de seguridad y falta de preparación para emergencias mayores.
Tras el desastre, Carnival invirtió cientos de millones de dólares en mejoras técnicas, generadores de respaldo y planes de contingencia. Incluso reformuló sus contratos y apoyó la creación de una “Carta de derechos del pasajero”.
El Carnival Triumph fue posteriormente renovado y rebautizado como Carnival Sunrise.
Netflix revive la vergüenza
En junio de 2025, Netflix estrenó Trainwreck: Poop Cruise, una entrega documental que expone el caso con imágenes de archivo, entrevistas y reconstrucciones. El título rápidamente se posicionó entre los contenidos más vistos de la plataforma, gracias a su mezcla de humor negro, indignación colectiva y morbo escatológico.
La serie no solo retrata el caos vivido a bordo, sino que también plantea preguntas sobre el modelo de turismo de masas en cruceros y los límites de la logística moderna ante fallas técnicas.