Redaccion | El Piñero
México.- Ayer, frente al muelle 86 en Hudson River Park, Nueva York, el Buque Escuela Cuauhtémoc decidió que era hora de regresar al mundo —y a México— con la pompa que solo un velero mexicano puede exhibir. Con 166 cadetes, seis capitanes, 37 oficiales y 66 clases y marinería a bordo, la ceremonia de zarpe del crucero de instrucción “Consolidación de la Independencia 2025” combinó disciplina militar con la teatralidad de himnos entonados al viento.
El Oficial Mayor de Marina, almirante Francisco Guillermo Escamilla Cazares, en representación del secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales Ángeles, agradeció con fervor a las autoridades de Nueva York y a los servicios médicos de emergencia, quienes “actuaron con eficiencia y profesionalismo”, porque nada dice más “organización impecable” que la presencia de ambulancias y diplomáticos en un puerto extranjero. Entre exhortos a la tripulación para que representen a México con “dignidad y señorío” y recordatorios de que la mar no perdona errores, la ceremonia se desarrolló como una coreografía cuidadosamente ensayada.
Claro que no todo fue serenidad, el Buque Escuela Cuauhtémoc aún carga la fama del incidente de mayo pasado, cuando rozó el Puente de Brooklyn, demostrando que incluso los embajadores de los mares pueden tener días torpes. Sin embargo, las autoridades mexicanas prefirieron centrar la atención en la profesionalidad de la tripulación y en los puertos de Cozumel, Progreso y Veracruz, donde se espera que la nave participe en las celebraciones del 200 Aniversario de la Consolidación de la Independencia.
Entre himnos, discursos y fotos para la posteridad, quedó claro que la mar ofrece lecciones de humildad, y que incluso un velero tan elegante como el Cuauhtémoc no está exento de convertirse en noticia… o en protagonista involuntario de un pequeño “encuentro” con la infraestructura neoyorquina.