Redacción El Piñero
El 18 de julio de 2024, la casa del comunicador fue baleada, y el declaró que servidores públicos podrían estar involucrados en esa agresión.
Cancún, Quintana Roo. – La noche del sábado 30 de agosto el periodista César Guzmán, director de Código Rojo Cancún y colaborador en otros medios, fue arrollado con violencia mientras transmitía en vivo un accidente automovilístico en donde el involucrado era un empleado de gobierno.
La violenta agresión ocurrió en la intersección de la avenida La Luna con avenida Politécnico, donde César Guzmán narraba un percance en el que estaba involucrado un empleado del gobierno, cuando de manera repentina un automóvil lo embistió por la espalda, lanzándolo varios metros hasta dejarlo tendido boca arriba.
El hecho quedó registrado en tiempo real en la transmisión de Código Rojo, donde se escuchó con claridad el impacto del vehículo, segundos antes de que la transmisión se cortara abruptamente.
De inmediato, curiosos y un grupo de motociclistas intentaron perseguir al agresor, pero hasta ahora se desconoce si logró ser identificado. Minutos después arribaron paramédicos de la Cruz Roja, quienes trasladaron de urgencia al reportero al Hospital General de Cancún, donde permanece en estado delicado.
El caso ha encendido las alarmas en el gremio periodístico.
El medio “El Despertador de Quintana Roo” condena enérgicamente este atentado contra la libertad de expresión, un intento de silenciar a la prensa mediante métodos gansteriles que no pueden quedar impunes.
La agresión no solo pone en riesgo la vida de un comunicador, sino que abre un inquietante manto de sospechas, al ocurrir mientras Guzmán cubría un accidente presuntamente vinculado con un funcionario público.
El hecho obliga a las autoridades de Cancún a actuar con firmeza y transparencia, revisando cámaras y siguiendo cada pista hasta dar con el autor del atropello.
La sociedad, los medios de comunicación y los compañeros de César Guzmán levantan la voz: no se puede permitir que agredir periodistas se convierta en la nueva forma de callar la verdad.