Redacción El Piñero | Corresponsalía
En el panteón número 13 de la ciudad de Tijuana, Baja California, existen mil cruces blancas de madera que indican, la existencia de fosas comunes.
Las cifras oficiales enumeran 10 mil 122 cadáveres sin identificar, los cuáles han sido sepultados del 2010 a junio del 2021, en 13 panteones de dicho estado.
El camposanto enumerado con el número 13 se ubica en la parte alta de un cerro, inmediaciones de la colonia Villas del Campo, donde el acceso es difícil pues solo se puede llegar con vehículo.
Los que no tienen nombre quedaron ahí, representados por una Cruz Blanca a las que la autoridad, solo puso un número en su intento de darles identidad.
Bolsas negras de plástico o bolsas especiales para cadáveres y amontonados, es como se realiza la sepultura de las personas localizadas sin vida, algunas veces 20 cuerpos se ubican debajo de cada cruz en esas fosas comunes que quedan semiabiertas.
Pese a las constantes solicitudes, el gobierno de Baja California no ha querido reconocer los derechos de un panteón ministerial: señala Angélica Ramírez del colectivo Una Nación Buscándote, aunado a que desde el 2015, la ley general de víctimas y la ley general en materia de desaparición forzada, prohíbe las fosas comunes.
Y es que al identificar un cuerpo dentro de una fosa común, la familia llega a pagar hasta 80 mil pesos para recuperar a su ser querido, pues las autoridades de Baja California, no destina recursos para inhumaciones, y si no hay dinero, se tiene que cavar con sus propias manos las fosas para inhumar los restos.
El poder judicial del estado tiene bajo su tutela la morgue, y recientemente adquirió una caja de tráiler de refrigeración donde actualmente se encuentran cerca de 160 cuerpos no identificados, según estiman los colectivos.
Reclaman que nadie ha tomado en serio la situación de sufrimiento de una familia, tanto a nivel estado como Federal, pues la crisis en la zona se registra desde 2015; cuando la morgue se saturó de cuerpos no reclamados, los restos no cabían en los refrigeradores y fueron colocados en el piso, generando peste a descomposición humana varias cuadras a la redonda y sangre de cadáveres, a chorros en el drenaje.