Piñadero Político
Por El Piñitas
Oaxaca, México.– El Pacto por México unió al PAN, PRI, PVEM y Nueva Alianza para concretar la propuesta legislativa energética que surgió durante los gobiernos panistas.
Para que las empresas eólicas se pudieran instalar en la región del Istmo de Tehuantepec y en otras zonas del país, se tuvieron que hacer ajustes a la normatividad, de acuerdo a lo solicitado por las empresas transnacionales del ramo y entre los operadores mexicanos estuvieron Felipe Calderón Hinojoza y el desaparecido Juan Camilo Mouriño Terrazo, desde su paso por la Cámara de Diputados Federal en la Legislatura (2000-2003).
Los cambios promovidos en la legislación en materia energética se empezaron a notar durante las administraciones de los panistas Vicente Fox Quesada y el priista Enrique Peña Nieto, quienes entregaron en charola de plata los recursos naturales del país tanto a inversionistas extranjeros como mexicanos, quienes ahora disfrutan de subsidios en la producción de energía eléctrica y de precios por debajo del mercado en el consumo de electricidad.
Sin que nadie pudiera desmentir a medios de comunicación como la Revista Proceso, difundieron en diversas ocasiones, durante el gobierno de Felipe Calderón, que Mouriño Terrazo, entonces secretario de Gobernación supo aprovechar sus posiciones políticas, desde la presidencia de la Comisión de Energía en la Cámara de Diputados durante la LVIII Legislatura, hasta su paso por la subsecretaria de Electricidad en 2004, para frenar cualquier investigación o anulación de permisos de generación de energía a empresas extranjeras considerados por la Auditoría Superior de la Federación como ilegales.
Como no había ley que avalara la intromisión de capitales privados en la generación de energía eléctrica, desde la Secretaría de Energía se otorgaron permisos, con serias fallas constitucionales.
El martes 15, horas antes de que fuera nombrado oficialmente en su nuevo cargo se anotó un triunfo más, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación cerró el caso de una controversia constitucional promovida por el propio Mouriño y su entonces jefe en la Secretaría de Energía, Felipe Calderón Hinojosa, en contra de la ASF.
El miércoles 16 de febrero de 2008, Calderón Hinojoza nombra a Mouriño, su secretario de Gobernación, para convertirlo en su preferido para la sucesión presidencial. En su primera conferencia de prensa como encargado de la política interna del país, Mouriño dijo que promovería las reformas constitucionales pendientes, desde luego que uno de los encargos no cumplidos era un marco normativo que avalara lo que hicieron fuera de la Constitución y que se los avaló la Corte.
Ahora se debe revisar esa resolución de la SCJN, cuyo propósito principal fue que ni Mouriño, ni Calderón o Dionisio Pérez-Jácome Friscione, subsecretario de Egresos, podrán ser investigados por la autorización de permisos de generación de energía.
La gestoría de Mouriño para beneficiar a la inversión extranjera en el sector eléctrico inició en el año 2000, como presidente de la Comisión de Energía, cuando Felipe Calderón Hinojoza coordinaba al grupo parlamentario de Acción Nacional.
Siendo Juan Camilo, de 28 años, diputado federal, la familia Mouriño Terrazo, incrementó sus franquicias de gasolineras y consolidó el Grupo Energético del Sureste (GES) que después de asoció con Gándara-Censa que ahora se dedica a producir torres para los aerogeneradores, entre otros equipos para la generación de energía eólica.
Juan Camilo Mouriño, con nacionalidad mexicana y española, dejó de ser diputado federal en agosto de 2003 y un mes después, cuando Vicente Fox Quezada nombra a Felipe Calderón Hinojoza, secretario de Energía, le da el encargo de coordinador general de Asesoría y Enlace Institucional. Para el 2004 ya era subsecretario de Electricidad.
Con el argumento económico y ambientalista que producir energía eléctrica por medio de hidrocarburos era muy caro, encabezó los trabajos para elaborar una nueva ley que permitió la participación de capitales privados nacionales y extranjeros en la generación de energía eléctrica limpia, principalmente la eólica, en la que los españoles ya tenían experiencia en otros mercados.
Fue así como se empezó a cabildear entre las diversas fracciones parlamentarias la Ley para el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía. Se aprobó en el último periodo de sesiones (2003-2006), solo con la oposición del PRD. La minuta fue enviada al Senado de la República, donde senadores como Manuel Bartlet Díaz, la detuvieron y junto con otras 18 minutas la enviaron a comisiones para su análisis, por lo que en el 2008, cuando Mouriño llegó a Gobernación, aún tenía ese pendiente.
La minuta de la Ley para el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía, plantea un fideicomiso con recursos provenientes del Ejecutivo Federal, con la finalidad de proporcionar incentivos a las empresas que incursionen en la generación de energía eólica.
Según el artículo 17 de la referida ley, es “cubrir, en su caso, la diferencia que, a juicio de la Secretaría de Energía, exista entre los recursos requeridos para alcanzar la viabilidad financiera” de los proyectos eólicos y los costos de una planta convencional.
Llegó el accidente aéreo en la Ciudad de México donde murió Juan Camilo Mouriño y su propuesta de ley no se hacía realidad. Fue hasta diciembre de 2013, como resultado del llamado Pacto por México que se reforma la Constitución Federal para permitir la participación de la iniciativa privada en el sector energético y en el 2014 se aprueba la ley secundaria que cumple los compromisos que tenían Juan Camilo Mouriño Terrazo y Felipe Calderón Hinojoza con la industria eléctrica transnacional desde el año 2000, con el apoyo del PRI y PAN y los ahora aliado de MORENA, PVEM y Nueva Alianza.