Luis Velázquez Escenarios
20 de junio de 2019
UNO. Veracruz, campeón nacional
En la era Cuitláhuac, Veracruz, en el ranking nacional. Primer lugar en secuestros. Primeros lugares en feminicidios. Primeros lugares en infanticidios.
La secretaría de Seguridad Pública, en el peor momento de su historia. Las policías, rebasadas. La Fuerza Civil, rebasada. La Guardia Nacional, rebasada, con todo y la esperanza social que significa para el presidente municipal de Camerino Z. Mendoza, que con tanto fervor religioso la pidió.
Y la Fiscalía, en su principio de Peter más atroz. De nada sirve su alarde de que, por ejemplo, han esclarecido 4 de cada 10 feminicidios.
Mucho se duda. Pareciera faramalla pura. Reality-show del Fiscal petulante.
Insólito:
En Xalapa, la capital, la sede de los tres poderes, la policía intentó detener a una mujer, Karla se llamaban, acusada de presunta delincuente y con una orden de aprehensión.
Entonces, cuando llegaron a la colonia Moctezuma, vivienda número 35 en la calle Popocatépetl, los recibió a balazos. Fuego cruzado. Y en el tira-tira, ella murió, según el boletín oficial.
DOS. “Sólo queda rezar”, ajá
El arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, dice que ante la ola de violencia “solo queda rezar”.
En Soledad Atzompa, los vecinos tienen otra convicción. Los malandros han de enfrentarse, detenerse, lincharse y quemarse vivos.
En el Valle de Uxpanapa, en la parte geográfica de Minatitlán, alcalde de MORENA, también apuesta a la misma estrategia, como cuando lincharon a un hombre que asesinara a su esposa por la espalda.
En Jaltipan, la misma filosofía social. Un ganadero tomó una escopeta para cazar palomas y conejos y esperó a los malandros que iban por la familia en el rancho y mató a tres.
Y mientras Veracruz se posiciona como el peor infierno del país, el góber sabadaba sigue apostando a la venta de esperanzas.
Fifí, gritón, amenazante, dice:
“¡Se acabó la tolerancia! ¡Vamos contra todos los delincuentes!”.
Sabrá si algún ciudadano, alguna familia, algún hogar enlutado, algún Colectivo incluido su Solecito, le creen.
Y le creen en un Veracruz donde sigue chorreando sangre y flotando cadáveres en los ríos, lagunas y arroyos, y tirados en la vía pública, y asesinados, incluso, con piedras, machetes y morunas.
El único aval de un político son los hechos. Y sin resultados, todo discurso y declaración mediática se vuelve una farsa, “una tomadura de pelo”, un pitorreo.
TRES. Los dueños de la noche
Cada gobernador en su tiempo. Los anteriores, ya fueron juzgados por la población y en las urnas. Los dos últimos, por ejemplo, Miguel Ángel Yunes Linares y Javier Duarte, perdieron la elección del sucesor, entre otras cositas, por el tsunami de violencia, fuera de control, descarrilado.
El par, con su legado histórico. Yunes, Veracruz, uno de los campeones nacionales en homicidios. Duarte, Veracruz, por vez primera en su historia, con la desaparición forzada y que significa la alianza de políticos, jefes policiacos, policías y carteles, y con las fosas clandestinas, nunca antes en la historia local.
Los dos, perdieron la batalla política más importante de su gobierno como es la candidatura a gobernador de los sucesores.
Cuitláhuac ya resbaló en la misma ruleta rusa. Muy echado para adelante, gritonea a los malandros que se les acabó el tiempo.
Pero ellos siguen imponiendo la agenda pública y las fuerzas de seguridad la siguen. Ellos, con su Estado Delincuencial. Ellos, dueños del día y de la noche. Ellos, descalabrando a MORENA.
Secuestros, infanticidios y feminicidios, el eje del mal en Veracruz. Mientras, y para felicidad de todos, Cuitláhuac retando a Donald Trump en el twitter. ¡Vaya tuitorreada tan ridícula!