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En otros tiempos fuimos muy felices en Veracruz

El Piñero

Luis Velázquez | Barandal
22 de abril de 2021

ESCALERAS: En otros tiempos fuimos muy felices en Veracruz. Fue el tiempo del arte y la literatura, la música y la poesía.

El tiempo de cuando “la flor más bella del ejido” brincó a Miss México y a punto estuvo de Miss Universo.

El tiempo de “la noche tibia y callada” de Agustín Lara. Y el tiempo de Pepe Guízar componiendo canciones desde su casita llena de flores y de luz en Boca del Río.

Y el tiempo de Chabela Vargas en su casita frente al Golfo de México en Antón Lizardo y que le obsequiara Miguel Alemán Velasco.

PASAMANOS: El tiempo de los escritores Sergio Pitol, Juan Vicente Melo, Juan Manuel Torres, Parménides García Saldaña y Manuel Malples Arce (el creador del movimiento poético del estridentismo) y el tiempo de Jorge Cuesta y hasta de Carlos Fuentes Macías diciendo que había nacido aquí en Veracruz y de José Emilio Pacheco recordando los días de su infancia en una casita en la avenida de la calle Xicoténcatl viviendo con sus padres.

CORREDORES: El tiempo de Yuri, Paquita la del barrio, Toñita, Adriana Abascal, Adriana Fonseca, Ana de la Reguera, Salma Hayek y Olivia Gorra, la soprano originaria de Coatzacoalcos con proyección mundial.

También fue el tiempo aquel de Luis “El Pirata” Fuentes que con sus pies estremecía a los fanáticos en el estadio de fútbol.

Y el tiempo de Roberto Ávila González con sus proezas beisbolísticas con los Indios de Cleveland y que, incluso, fueran suficientes para despertar la admiración de los hijos de Luis Echeverría Álvarez, y quien presidente de la república lo nombrara candidato a presidente municipal de Veracruz por encima del priista Virgilio Cruz Parra, el favorito de Rafael Hernández Ochoa.

BALCONES: Fue el tiempo de Guadalupe Victoria, Antonio López de Santana Ana, Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines, pasando de gobernadores de Veracruz a presidentes de la república, una epopeya que nunca se ha repetido en la vida pública.

Pero, claro, el tiempo de gracia de Jesús Reyes Heroles y Fernando Gutiérrez Barrios en la secretaría de Gobernación.

Fue el tiempo cuando el barrio jarocho de La Huaca brincó al ranking nacional con las picadas y las gordas y el café de olla y el barrio fuera identificado como la sede del Sanborncito, en analogía con el Sanborns de Carlos Slim Helú, el hombre más rico del país, el más rico que fuera del mundo.

PASILLOS: Era el tiempo del obispo Rafael Guízar y Valencia caminando en el estado de Veracruz, centrándose en las regiones indígenas y sembrando esperanzas para el más allá.

Y el tiempo cuando otro santo, pero laico, Ignacio Ramírez, El Nigromante, Ministro de Instrucción Religiosa con Benito Juárez y al que correspondió separar los poderes del Estado y de la iglesia, el gran periodista, decidió vivir en Veracruz hacia el final de sus días y en donde muriera en la ciudad jarocha.

VENTANAS: El tiempo, incluso, cuando Veracruz fue el refugio de dos presidentes de la república. Venustiano Carranza, el suegro del gobernador Cándido Aguilar, a quien tocó llevar los asuntos de la invasión norteamericana en 1914 en el puerto de Veracruz.

Y el refugio de Benito Juárez, aquí donde publicitara la ley del Registro Civil redactada por Melchor Ocampo.

Tiempo ilustre cuando Antonio López de Santa Anna encarcelara en las mazmorras de San Juan de Ulúa a los jóvenes Benito Juárez y Melchor Ocampo porque le estaban “moviendo el piso” para su destitución presidencial.

Aquellos tiempos felices…

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