En un descubrimiento que podría abrir nuevas vías para la comprensión del cerebro, científicos encontraron similitudes entre la actividad de ese órgano de las abejas y los humanos.
La investigación reveló que las oscilaciones alfa en las abejas (la actividad eléctrica en forma de onda que generan los cerebros) tienen propiedades similares a las de esos órganos humanos.
Paul Szyszka, profesor en el Departamento de Zoología de la Universidad de Otago, afirmó que “debido a que las oscilaciones alfa están asociadas con funciones como atención, memoria y conciencia, los cerebros de las abejas pueden proporcionar nuevas vías para comprender cómo funcionan nuestros cerebros.
Los experimentos en humanos son caros, logísticamente difíciles y requieren mucho tiempo. Además, los registros de neuronas individuales identificadas no son posibles en sus cerebros.
Al estudiar los cerebros de las abejas, podemos superar estas limitaciones y aplicar ese conocimiento a la investigación, y eventualmente incluso al tratamiento de los humanos”, comentó.
Szyszka, quien colaboró con el doctor Tzvetan Popov, de la Universidad de Heidelberg en Alemania, tiene la intención de ampliar la comprensión de este estudio fundamental en la Universidad de Otago.
El estudio incluyó abejas melíferas regulares de colmenas al aire libre. En el laboratorio fueron estimuladas con olores y electrodos microscópicos a fin de registrar su actividad cerebral.
Es fascinante ver cómo las abejas pueden aprender a asociar los olores con los alimentos de manera similar a los humanos. Lo que queremos hacer ahora es examinar cómo cambian estas oscilaciones alfa en diferentes situaciones. Como neuroetólogo, estoy interesado en la forma en que las oscilaciones alfa cambian en las abejas durante los comportamientos naturales, por ejemplo, cuando se alimentan o duermen, destacó Szyszka.
La investigación fue publicada en la revista Proceedings, de la Sociedad Real B.
Capacidad de reconocer objetos con los sentidos
Por otro lado, científicos informaron que la capacidad de reconocer objetos usando diferentes sentidos la tienen insectos como los abejorros.
Estudiar sus cerebros del tamaño de una semilla de sésamo, que contienen alrededor de un millón de neuronas en comparación con los cerca de 100 mil millones de los humanos, ayuda a comprender cómo funcionan esos procesos fundamentales, explicó Cwyn Solvi, autor principal de un artículo que describe el hallazgo en la revista Science.
El llamado reconocimiento de objetos de modo cruzado había sido demostrado antes en pocas especies.
El mecanismo funciona a través de la visión y el tacto en humanos, simios, monos y ratas. Los delfines pueden visualizar objetos que perciben a través del eco, y algunos peces pueden construir una imagen basada en su sentido eléctrico.
Para probar si lo mismo podría darse en los invertebrados, Solvi y sus colegas de la Universidad Queen Mary de Londres realizaron experimentos con agua azucarada, recompensa positiva, y quinina de sabor amargo, que se usaron para llenar cubos pequeños o esferas.
Así, se soltaron unas 40 abejas en una habitación oscura y sin ventanas con esos objetos, con lo que aprendieron por medio del tacto qué forma contenía la recompensa, y luego volvían para visitar solamente los objetos de esa forma que contenían el elemento de premio.
Las abejas tienen algunas representaciones internas unificadas de objetos en el mundo, precisó Solvi.
Poseen esa perspectiva del mundo que es más completa en lugar de responder como una máquina, sin ningún tipo de conciencia, aclaró.