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Ex alcaldes en la picota; ORFIS, brazo ejecutor

El Piñero

 

Luis Velázquez /Barandal

05 de abril de 2018

ESCALERAS: El calambre yunista a los ex presidentes municipales y duartistas es hierro candente. El último fue expedido el miércoles 28 de marzo. Y el aviso fue a través de los medios. Digamos, para dejar constancia y fe. Ellos están en la picota. Sabrán ellos si se mueven hacia un candidato a gobernador, porque entonces, la fiaca les caerá bien afilada. Impecable e implacable.

El Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, es el brazo ejecutor. Claro, ha de cumplir con la rendición de cuentas y la transparencia, en cuyo nombre tanta complicidad dispensó a Javier Duarte y compañía.

Pero dado el momento electoral, la gran disputa por el trono imperial y faraónico que significan Los Pinos, el Palacio de Xalapa y el Congreso local y el Congreso de la Unión, todo se vale.

En conjunto, dice el ORFIS, los 19 ex alcaldes están en la lista negra por el presunto desvío de 124 millones 840 mil pesos y cachito.

Y solo tienen tres alternativas: aclaran paradas, devuelven el dinero o terminarán en la cárcel. ¡ah, en Pacho Viejo, la prisión favorita de la yunicidad!

 

PASAMANOS: El viernes 30 de marzo, el ORFIS lanzó nuevo calambre. Fue con la última Cuenta Pública del político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, donde “se muerde uno y el otro” jugando barajas con un chino y con quien se entiende a partir de risitas nerviosas y señales esotéricas.

“En el año de Hidalgo”, el último del sexenio, desviaron 8 mil 347 millones de pesos.

Y todas, absolutamente todas, las secretarías están en la mira.

Ninguna se salva.

“Cabezones” que se habrían ido.

Intocables que se creyeron durante 6 años.

Soberbios. Petulantes. Intolerables, bendecidos por el incienso tirado por la mayoría de los medios quienes, dice el vocero Elías Assad Danini, recibieron trece mil millones de pesos en el sexenio más sórdido y siniestro, negro y turbulento, corrupto de la historia de Veracruz y la historia nacional.

Y, bueno, ningún ex secretario está a salvo. La yunicidad, apretando tuercas al máximo. Lo dijo Miguel Ángel Yunes Linares en campaña electoral: Los políticos pillos y ladrones “devolverán el dinero robado” o terminarán en Pacho Viejo y en donde están presos más de treinta, 21 de ellos (con los dos últimos, una mujer y un hombre) acusados de desaparición forzada.

 

CORREDORES: En la cancha priista se han arrodillado ante la tempestad huracanada del azul.

Su inteligencia y talento, sensibilidad y experiencia, apenas, apenitas les ha alcanzado para decir que se trata de “una cacería de brujas”, al mismo tiempo que se han trepado en el nepotismo y la monarquía azul.

Pero el gobernador Yunes les ha revirado. Nada de persecución política. Simple y llanamente, justicia. Justicia a secas. Ni siquiera, vaya, justicia y gracia, al mejor estilo juarista, para los duartistas confesos, como Moisés Mansur Cisneyros, Gabriel Deantes Ramos, Erick Lagos Hernández, Adolfo Mota Hernández, Jorge Carvallo Delfín y Édgar Spinoso Carrera, y quienes también están acalambrados, de una y otra forma que los pulpos así son.

Nadie, entonces, duerme en el ORFIS. Tampoco en la Contraloría. Tampoco en la Comisión de Vigilancia del Congreso. Tampoco en la secretaría de Finanzas y Planeación.

Con la lupa y la guillotina por delante.

Mucho se fregaron los duartistas y los ex alcaldes, muchas cosas tienen pendientes.

 

CASCAJO: Un duartista, el ex secretario de Seguridad Pública, José Nabor Nava Olguín, es prófugo de la justicia. La yunicidad ofrece un millón de pesos de recompensa por datos que lleven a su captura.

Pero más, mucho más acalambrados están los ex presidentes municipales.

Todos, la mayoría quizá, paralizados. “El alma en un hilo” temerosos de un socavón penal. Y más, porque el martes 28 de noviembre del 2017, el Contralor Ramón Figuerola Piñera, trascendió que ha interpuesto denuncias penales en la Fiscalía en contra de 315 políticos acusados del desvío de 48 mil millones de pesos.

Y cuando luego, Antonio Lorenzo Portilla Vázquez, del ORFIS, les avisó por los medios que 120 ex alcaldes salieron con malas cuentas en la última Cuenta Pública.

Y cuando también dijo, sin precisar nombres ni cargos públicos, que interpuso 139 denuncias penales en contra de igual número de servidores públicos por clavarse 29 mil 879 millones de pesos.

El estercolero, pues.

 

RODAPIÉ: El último calambre fue devastador. A tono con la transparencia publicitó la lista nombre por nombre de Ayuntamiento y cantidad por cantidad desviada.

Y los hay de todos los partidos políticos y siglas.

Por ejemplo, Coatzacoalcos, la parcela en disputa entre Morena y PAN para la gubernatura.

Perote, la tierra del candidato priista, Pepe Yunes Zorrilla.

San Andrés Tuxtla, donde el ex alcalde, priista Manuel Rosendo Pelayo, se registró como candidato del PVEM a diputado federal.

Y es que los nombres de las Comunas tienen significado polisémico. Jugada de varias bandas. Una de ellas, la política. Y la política electoral.

Y mientras los ex ediles aclaran paradas, además del insomnio y la pesadilla en la madrugada, el cabildeo necesario para librar la apretada de tuercas.

Un priista dice:

–Todos ellos se le pusieron de pechito a Yunes. Nunca imaginaron que ganaría la gubernatura. Y se destramparon.

Nadie quisiera estar en sus pellejos.

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