Luis Velázquez
Veracruz.- Una parte del gabinete yunista sigue en el limbo. Diez de cada diez ciudadanos ignoran sus nombres y cargos. Menos, mucho menos, conocen de un resultado en diez meses en el poder público de Veracruz. Hay, claro, excepciones.
Según las versiones, los secretarios General de Gobierno y Seguridad Pública y el Fiscal trabajan hasta 17, 18, 19 horas diarias, aun cuando sería conveniente conocer el resultado de sus horas de trabajo, pues como dice un administrador de empresas, puedes trabajar veinte horas diarias y con un bajo rendimiento, digamos, como si laboraras una hora, y al revés, trabajar solo unas horas y alcanzar la más alta eficiencia y eficacia como si te fregaras el lomo veinte horas con el acelerador hasta el fondo.
Con todo, se antoja insólito, inverosímil, que muchos secretarios del gabinete legal ni siquiera, vaya, se muestren en el carril mediático, quizá, porque su desempeño tibio y frágil los avergüenza.
En contraparte, hay burócratas asombradas con las horas con que Rogelio Franco Castán y Jaime Téllez Marié permanecen al frente de la trinchera, y más azorados están con Jorge Wínckler, quien además, se da tiempo para cocinar paellas y seguir los juegos de su equipo preferido en Estados Unidos y agarrarse a tuitazos con el Solecito y los Colectivos y uno que otro reportero incómodo.
Casi casi un Superman.
Algunos dirán que el Fiscal trabaja tanto porque continúa soñando con la secretaría General de Gobierno, su máxima aspiración.
Y más ahora cuando, digamos, el titular de la SEGOB jarocha estaría pensando en la candidatura al Senado y/o a diputado federal…, y que ya fue.
Pero más allá del futurismo y lo que diga el chamán, se vuelve insólito que unos secretarios, unos cuantos, chambeen con todo y otros, la mayoría, sean felices en la comodidad de la oficina, donde, observan unos burócratas, se la pasan tuiteando entre ellos, enviándose selfies de que cada día trabajan por los 8 millones de habitantes del estado jarocho.
VIVIR EN GERUNDIO
El góber azul anda en una dinámica fuera de serie. Y en contraparte, el gabinete de 5 estrellas que eligiera, políticos de alto rango y con muchas horas de vuelo, liberales y conservadores, empresarios unos, expriistas y experredistas otros, de pronto entró en una parálisis y en la que, los hechos indican, sigue neutralizado.
Ya, digamos, porque Javier Duarte y los suyos saquearon las arcas. Ya, quizá, porque así la vida “es más sabrosa”. Ya, porque carecen de imaginación social, entre otras cositas, para sumar, y como dijera la rectora de la UV, encabezar una revolución silenciosa.
El caso es que si se preguntara a los ciudadanos las acciones y hechos de los secretarios azules imborrables en los diez meses del gobierno del cambio, dirían, por ejemplo, que nada ha superado a la secretaría de Desarrollo Social vestidita de indita con trenzas y pestañas postizas echando tortillas a mano sobre una estufita SEDESOL en la montaña negra de Zongolica ante las indígenas asombradas de su habilidad manual.
Y/o en todo caso, la Pocahontas midiéndose un sombrerito en Polanco vestida con un shorcito primaveral.
¡Ah!, también sería imborrable la exhibición mediática de algunos anunciando al mundo que habían descubierto pillerías en su dependencia y por añadidura, interpuesta la denuncia penal en contra de sus antecesores.
Y de ahí para adelante, el limbo. El bajo perfil. Navegando de muertitos. Viviendo, como decía el economista Agustín Acosta Lagunes, en gerundio, es decir, planeando toda la vida.
Mucho, demasiado cuestan al erario los secretarios del gabinete legal y ampliado para que solo unos tres trabajen hasta veinte horas diarias y los demás, la mayoría, en la opacidad.
VIVIR EN EL LIMBO
La paz pública y la seguridad y la justicia integran un vaso comunicante de primer nivel. Además, se trata de los más graves pendientes sociales en un Veracruz empobrecido, donde seis cada diez habitantes, dice el CONEVAL, están atrapados y sin salida en la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre y la migración, y en otros casos, la prostitución, para llevar la torta a casa.
Y por eso mismo, los titulares del ramo estarán trabajando a marchas forzadas. Pero…
Pero, por ejemplo, alentar la creación de empleos significa una prioridad canija, y también mejorar la calidad educativa y de salud, y de igual manera, el diálogo perpetuo para evitar la indignación crónica de la población, tan expresa y manifiesta en las horas difíciles y sombrías de los temblores.
Y es que si algunos sectores de la población se hartan del tortuguismo, el desdén y el menosprecio oficial, entonces, la única salida digna que la autoridad deja es la marcha y la protesta en las calles y las avenidas, en los pueblos y en las carreteras, y en el carril mediático.
Y cuando ha sido así, caray, mal se siente y percibe que el diálogo sea relevado por la macana y el garrote y las patrullas y los gases lacrimógenos y los perros policías y la intimidación y el acoso.
El gabinetazo azul, el primero de oposición en la historia priista de Veracruz (85 años de hegemonía roja) puede terminar en un desencanto si unos cuantos chambean y el resto está y anda en la milonga.
Y de ñapa, comiendo en los mejores restaurantes con cargo al erario, además de que también suelen invitar a sus familias.
