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Expediente 2018: 15 mil desaparecidos

El Piñero

Luis Velázquez

25 de enero de 2018

La piel social se enchina con el dato de la diputada Marijose Gamboa Torales. En base a sus investigaciones, ella calcula que en el duartazgo el número de desaparecidos habría llegado a más de 15 mil. En menos de 6 años.

Y la piel social se enchina, porque, y por ejemplo, durante los años de la dictadura del general Augusto Pinochet en Chile de 1973 a 1990, cometió cuarenta mil asesinados, de los cuales 3 mil 225 fueron desaparecidos según la Comisión de Valech.

Y en los años de la dictadura del general Jorge Videla en Argentina, de 1976 a 1981, desaparecieron y ejecutaron a ocho mil 961 personas (entre ellos, niños y nonatos), según el Informe Sábato, tiempo cuando el dictador acuñó la frase bíblica que sirviera de inspiración al Fiscal Luis Eduardo Coronel:

“Mientras sea desaparecido… desaparecido está”.

Y en ambos casos, cada general dictador desapareció a los desaparecidos, por ejemplo, cuando los trepaban a un avión militar y vivos los tiraban a la mitad de un océano infestado de tiburones.

Según la diputada local, quien buscará la reelección, el duartazgo también “desapareció a los desaparecidos”.

Y lo peor, en la alianza siniestra y sórdida de carteles con los mandos policiacos.

Terrible y espantoso, porque en Chile y Argentina fue durante una dictadura y en un país, y aquí, en Veracruz, en menos de un sexenio y en una sola entidad federativa.

Política seria y pasional, claro, pero documentada, la señora legisladora tendrá información suficiente para acreditar la posibilidad.

Y más, porque como ella misma dice, en la Fiscalía sólo hay más de tres mil carpetas de investigación, y en contraparte, y en su versión, se estaría considerando que en quince mil hogares, quince mil familias de norte a sur y de este a oeste de Veracruz está vigente para siempre el dolor de una persona secuestrada.

 

TIEMPO SINIESTRO PARA LOS DERECHOS HUMANOS

 

Cada ONG (Colectivos, Universidad Veracruzana, Observatorios, y la Fiscalía, etcétera) tiene lista de desaparecidos.

Pero si son más de quince mil, entonces, la tierra jarocha brinca en automático al escenario mundial, comparándose con todos y cada uno de los países gobernados por dictadores.

¿Cuántos desaparecidos, por ejemplo, habrá dejado Porfirio Díaz Mori, luego de 33 años de dictadura?

Habría de recordar, por ejemplo, que cuando la masacre de obreros en Río Blanco, Porfirio Díaz envió los vagones del ferrocarril donde treparon los cadáveres y los trasladaron al castillo de San Juan de Ulúa, donde sus huestes militares los tiraron al Golfo de México.

Bastaría referir que hacia la década de 1920 existió en Veracruz la banda denominada “La mano negra”, del latifundista, cacique y pistolero, Manuel Parra, con sede en la hacienda “Almolonga”, de Naolinco, tiempo de las enconadas luchas agraristas por la tierra, y sólo esa banda asesinó a unos cuarenta mil campesinos.

¿Cuántos desaparecidos habrá dejado la famosa “Sonora Matancera” de Agustín Acosta Lagunes?

¿Habría dejado desaparecido el bienio de Fernando Gutiérrez Barrios con sus huestes policiacos, todos ellos, operadores de la guerra sucia en México?

Tiempo siniestro, sórdido y sombrío para los derechos humanos el duartazgo.

Y ahora cuando la diputada Gamboa Torales ha presentado la iniciativa de ley para homologar en Veracruz la Ley General en materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, está más obligada que nunca a documentar su estadística.

“La cifra extraoficial habla de más de quince mil desaparecidos” dijo.

 

ARTURO BERMÚDEZ, UN CÍNICO

 

Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública de Javier Duarte, está preso en el penal de Pacho Viejo, acusado de varios delitos, menos de desaparición forzada.

¡Ah!, según parece, alguna ONG habría interpuesto una denuncia penal por tal delito, pero nunca, jamás, en la nota periodística ni en las redes sociales se maneja que sea así.

Con todo, y la desaparición forzada, delito de lesa humanidad, con los 5 jóvenes originarios de Playa Vicente, detenidos y levantados por los mandos policiacos de Bermúdez en Tierra Blanca, entregados a los malosos y quienes los desaparecieron.

Con todo y los tres jóvenes de Papantla detenidos por la policía y entregados a los malandros, y sin que hasta anoche se conociera el desenlace.

Por el contrario, cada vez que Bermúdez comparece en el juzgado llega, incluso, hasta pitorrearse de los reporteros de la fuente a quienes ha saludo de la siguiente manera:

“¡Hola, cabrones!”, con una risita sardónica y burlona, luego de que en la última comparecencia en el Congreso anterior les llamara “¡Pinches periodistas!”.

 

EN LAS PATAS DE LOS CABALLOS

 

La diputada Gamboa Torales, ella misma víctima de la pasión desaforada y loca de Javier Duarte, dice que en el sexenio anterior escondieron las cifras de desaparecidos, además de un número incalculable que ni siquiera eran denunciados.

Y el hecho aberrante complica, a primera vista, la búsqueda, cierto, de las víctimas, pero también del número, pues como dice el Fiscal Luis Eduardo Coronel junior, “¿Cuál prisa… si los desaparecidos… desaparecidos están?”.

Bastaría recordar que en las noches duartianas desaparecieron a trece chicas en Orizaba, a once en Xalapa, a seis en Poza Rica y a diez en Coatzacoalcos, y cuya pista sigue la señora diputada.

Marijose está metida en las patas de los caballos, pues muchos, demasiados intereses está tocando y que incluso llevan a los policías y malandros.

Pero…, nadie quisiera que de pronto sufriera un ataque de caspa, pues, además de su vida familiar, es una de las pocas, excepcionales diputadas con una elevada estatura moral.

 

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