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Expediente 2018: Los Niños Artilleros

El Piñero

Luis Velázquez

17 de enero de 2018

Los gobernadores de Veracruz y Chihuahua son los arietes, los caballitos de Troya, los Pípilas de Ricardo Anaya, el pre/candidato presidencial del PAN, PRD y MC. Uno y otro actuando en cancha diferente, pero con la misma estrategia como descarrilar, si fuera posible, tanto a Andrés Manuel López Obrador como a José Antonio Meade.

Y de paso, a los candidatos de MORENA y PRI a la silla embrujada de Veracruz.

Miguel Ángel Yunes Linares, rafagueando a “El peje”. Y Javier Corral, a Enrique Peña Nieto.

Insólito: tanto AMLO como Peña Nieto mordieron el anzuelo.

“A tiro por viaje”, el tabasqueño ha caído en la emboscada de Yunes, cuando, caray, bien dice el viejo del pueblo, “en la casa del jabonero el que no cae resbala”.

Y es que AMLO es una figura mundial, y Yunes, una figura nacional y que, además, desea mantenerse en el altiplano.

Peña Nieto, por el contrario, cometió el error de revirar a Javier Corral en el reclamo de unas participaciones federales, aun cuando después envió al ring a la subsecretaria de Hacienda y Crédito, Vanessa Rubio Márquez, quien forma parte del “Cuarto de guerra” de Meade.

Yunes y Corral, el par de Niños Artilleros de Ricardo Anaya, los tres, por cierto, señalados de traidores y desleales a los políticos que en su carrera pública les abrieron la puerta y luego se fueron con otros cuando así lo indicaban los vientos huracanados.

 

JUGANDO CON EL DESTINO

 

Yunes enfrenta la batalla política electoral de toda su vida. Su objetivo es heredar el poder sexenal a su hijo, el mayor. Y recurre a todo, aunque, y en contraparte, Veracruz siga convertido en un río de sangre y en un valle de la muerte, peor, mucho peor que en el duartazgo según han dicho el presidente del CDE del PRI, Américo Zúñiga, y el precandidato tricolor a la gubernatura, Pepe Yunes Zorrilla.

En tanto, a Corral le han recordado los más de dos mil quinientos muertos que lleva en sus días y noches como gobernador de Chihuahua, y no obstante, bravucón, anuncia una caminata de Ciudad Juárez la Ciudad de México soñando con arrodillar al Peñismo, de igual manera, por ejemplo, cuando el doctor Salvador Nava caminó de San Luis Potosí al Distrito Federal y dobló a Carlos Salinas y descarriló a Fausto Zapata quien ya se soñaba en la gubernatura potosina.

Ene número de veces, Yunes ha emboscado a AMLO. Y AMLO, tropical y temperamental igual que el azul, ha caído en la trampa. Y más, porque lo ha llamado loco, corrupto y ladrón.

Error.

Y más porque desde hace ratito lo está provocando. Ahora sí, como dijo el mismo AMLO en otro tiempo electoral, “¡Serénese, señor precandidato!”.

Simple y llanamente, Yunes lo está utilizando para remontar en el altiplano. Y más, cuando dijo que tenía el expediente negro del tabasqueño, una bravuconada más a su mejor estilo. “Yo cimbraré a México” anunció antes de la toma de posesión. Y nunca, jamás.

Es la misma estrategia de Corral.

“El sistema político ya dio todo lo que pudo”, grita una y otra vez, anunciando, incluso, movilizaciones en Estados Unidos para presionar a Peña Nieto con la captura de su antecesor, César Duarte, igual que Javier Duarte, por pillo.

Yunes y Corral prestándose de arietes a Ricardo Anaya. Pero más aún, jugando al futuro que viene.

Por ejemplo, si Anaya ganara el boleto de entrada a Los Pinos, Yunes y Corral jugarían a quedarse con la secretaría de Gobernación, y luego del acomodo, el otro, por ejemplo, a la secretaría de Desarrollo Social, la más jugosa.

 

VIDAS PARALELAS

 

En “el río revuelto”, Yunes y Corral son vidas paralelas.

Por ejemplo, Yunes ha encarcelado a trece duartistas y Corral lleva doce duartistas tras las rejas.

Yunes tiene un amigo incómodo, el carcelero Enrique Pérez Rodríguez, en cuyo tiempo como director de Prevención y Readaptación Social el capo Joaquín “El chapo” Guzmán Loera escapó de la cárcel de alta seguridad de Los Altos, Jalisco.

Corral tiene dos hermanos incómodos, igual, digamos, que Carlos Salinas con Raúl en su tiempo presidencial.

Uno, procesado por narcotráfico y recluido en el penal de La Tuna en la frontera.

Y el otro, procesado por un fraude bancario y preso un tiempo.

Varios duartistas de Veracruz se han amparado ante la guillotina de Yunes, quien ha advertido que en ningún momento es venganza, sino simple y llanamente, justicia, justicias a secas.

Corral mantiene electrocutado al sistema presidencial priista, encarceló al ex secretario general adjunto del CEN del PRI, Alejandro Gutiérrez, y obligó a Manlio Fabio Beltrones, Don Betrone, a ampararse… por si las dudas.

Yunes y Corral, luchando, ajá, por la dignidad institucional de los estados federativos que gobiernan, pero con chanfle.

Hacen campaña por Ricardo Anaya y sueñan con entrar juntos a Los Pinos.

Siempre, claro, ha sido así.

Álvaro Obregón, con Plutarco Elías Calles.

Elías Calles, con Emilio Portel Gil, Abelardo L. Rodríguez, Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas del Río.

Miguel Alemán Valdés con Adolfo Ruiz Cortines.

Luis Echeverría con José López Portillo.

Etcétera, etcétera.

Ricardo Anaya, Yunes y Corral, la versión del Plutarco Elías Calles del siglo XXI.

 

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