Luis Velázquez
Veracruz.- El hecho es viejo. Pero vigente. Incluso, perturbador. El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares lo dice así: Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores y ex secretario de Hacienda y Crédito Público, protege a Javier Duarte, el político preso (otra cosa es el preso político) en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Y lo protege, porque Luis Videgaray, el amigo entrañable del yerno de Donald Trump, se ha negado a solicitar la autorización del gobierno de Guatemala, de donde fue extraditado, para juzgar a Duarte por el delito de lesa humanidad como es la desaparición forzada.
Yunes, bragado, con los guantes puestos como desde el primer día de su vida estudiantil, quizá desde antes, sigue en la ruleta rusa del poder. Y despotrica. Y despotrica buscando justicia para los 8 millones de habitantes de Veracruz, en ningún momento, persecución política.
Dijo el Yunes azul:
Uno. La Fiscalía envío a la Procuraduría General de la República, PGR, los documentos donde demuestran el delito de desaparición forzada en que incurrió Duarte en el sexenio anterior, a través del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita.
Dos. La PGR los turnó a la secretaría de Relaciones Exteriores, SRE, a quien corresponde solicitar la autorización de Guatemala para.
Y tres. La SRE, simple y llanamente “los archivó… sin ninguna razón” (Notiver, 20 de octubre, 2018).
“La historia suele dar muchas sorpresas”, decía Octavio Paz, aun cuando Federico Engels decía que la historia siempre se repite y Carlos Marx corregía que se repite unas veces como tragedia, y otras como comedia, burda y ridícula comedia.
Y es que entre Videgaray y Duarte existe una vieja, antigua y sospechosa relación que data desde que ambos eran diputados federales.
HISTORIA DE UNA AMISTAD POLÍTICA
Por ejemplo, la historia es así, aproximadamente:
A: Videgaray y Duarte coincidieron en el Congreso de la Unión. Duarte empezó a vislumbrarse como el candidato favorito de Fidel Herrera Beltrán para la candidatura a gobernador, en tanto Enrique Peña Nieto, el gobernador del estado de México, se perfilaba como candidato presidencial.
Entonces, Videgaray y Duarte acordaron un cafecito con Peña Nieto y que se efectuó en las oficinas del gobierno mexiquense en la Ciudad de México.
B: Desde entonces, Duarte y Peña Nieto caminaron juntos.
Duarte fue ungido candidato a gobernador en el Estadio Heriberto Jara de Xalapa y Peña Nieto y “La gaviota” asistieron como invitados.
Pero…
Pero Peña Nieto quiso aprovechar el viaje para reunirse con Fidel Herrera, quien también soñaba con la candidatura presidencial y hasta integró un “Gabinete de estudios sociales” para definir un programa electoral con académicos de la Universidad Veracruzana.
Fidel se dio a querer. Primero, nunca acompañó a Duarte en su destape. Segundo, Duarte le pidió un café con Peña Nieto. Tercero, Fidel se negó.
C: Peña Nieto salió candidato presidencial y las versiones indican que Duarte aportó, con cargo a los recursos oficiales, quizá federales, entre tres mil a tres mil 500 millones de pesos para la campaña.
D: Peña Nieto presidente de la república, Duarte usufructuó vientos favorables para hacer y deshacer.
Por ejemplo, cuando en el primer trimestre del año 2013, la Auditoría Superior de la Federación, ASF, Juan Manuel Portal titular, interpuso la primera denuncia penal en la PGR contra Duarte por desvíos de recursos federales en los programas sociales, sobre todo con cargo a las secretarías de Salud y Educación, la ASF reportó a la secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray titular, para que, de acuerdo con la ley las participaciones, le fueran detenidas a Duarte hasta aclarar paradas.
Videgaray archivó la investigación y la denuncia y nunca, jamás, procedió, de igual manera como ahora denuncia Yunes Linares que como secretario de Relaciones Exteriores archivó la solicitud a Guatemala para juzgar a Duarte por desaparición forzada.
Por eso, el hecho es viejo, tan antiguo como la historia de la humanidad, pero vigente.
Entre Duarte y Videgaray hay una correspondencia que bien puede llegar, o llegó, a Enrique Peña Nieto, pues ni modo que Videgaray actuara solo.
Y más, cuando en su momento Veracruz fue convertido en un infierno tanto con el saqueo de los fondos públicos federales y estatales como con la inseguridad (secuestros, desapariciones, asesinatos y fosas clandestinas) y nunca Duarte fue tocado.
PEÑA NIETO ACORRALADO
Años después, acorralado el presidente de la república por tantos ilícitos de Duarte, sólo le quedó dar la orden para enjuiciar a Duarte, debido, entre otras cosas, a la terquedad y tozudez de Yunes Linares.
Incluso, el presidente del CEN del PRI, Enrique Ochoa Reza, recibió la orden de incendiar en la hoguera pública a Duarte como el gobernador más corrupto en la historia contemporánea, cuando tres, cuatro años antes, Peña Nieto lo condecorara como uno de los mejores gobernadores del país que encarnaba, con César Duarte y Roberto Borge, dos fichitas más, a la nueva generación política de la nación.
DUARTE SE ACERCA A LA LIBERTAD
Desde el mes de mayo del año que corre, el Yunes azul ha tocado las puertas de Luis Videgaray Caso como secretario de Relaciones Exteriores y nada de nada.
El silencio, que también es un lenguaje quizá más expresivo e indicativo que el lenguaje hablado.
“Lo que se advierte y digo con toda claridad es que la SRE no quiere apoyar en el tema del trámite ante el gobierno de Guatemala para obtener el permiso para procesar a Javier Duarte por el delito de desaparición forzada”, dijo Yunes.
También la SRE se ha hecho tonta con la solicitud de extradición de Karime Macías y de Moisés Mansur Cysneiros, el prestanombre de Javier Duarte.
El dicho popular lo establece con claridad:
“Si el río suena… agua lleva”.
Lo peor del asunto es que tanto a Yunes como a Peña Nieto sólo les restan cinco semanas y media para concluir el mandato constitucional y cada vez Javier Duarte se acerca a su libertad…
