Luis Velázquez
Veracruz.- Joaquín Guzmán Avilés, “El chapito” es una leyenda panista en Veracruz. Antes era priista. Ahora “es el dolor de muelas” del PRI. Y más porque comparte honores con otro cacique huasteco, antes, tricolor, como el panista Ricardo García Guzmán, uno y otro, celosos de sus parcelas, ególatras compitiendo por el cariño y el afecto de “La mano de Dios”.
“El chapito” fue priista. Incluso, secretario General del PRI en Tantoyuca, tiempo cuando María de la Luz Pinete Vargas era la presidente, la derrotada candidata a senadora de la república.
Pero uno y otro, celosos de las tribus, pelearon. Y Guzmán Avilés renunció al partido.
Años después reapareció como candidato del PAN a la presidencia municipal. Fue en el sexenio de Patricio Chirinos Calero, Miguel Ángel Yunes Linares presidente del CDE del PRI, cuando el tricolor perdió 107 alcaldías el mismo día, sólo trascendido por Renato Alarcón cuando perdió 170 alcaldías en un ratito dominical.
Fue la primera alcaldía de “El chapito”. Y de ahí para adelante, trepado en la cresta de la luna ganando una y otra y otra posición para la familia.
El, dos veces presidente municipal. Incluso, en la segunda edición, con todo y acusado de una faltante en su periodo anterior, con todo y orden de aprehensión derrotó al tricolor.
Es más, igual, igualito que Rubén Figueroa Figueroa en Guerrero como candidato priista a gobernador entonces secuestrado haciendo campaña como un enviado de los espíritus, en ausencia, sin presencia, “El chapito” hizo campaña a través de una televisión que sus fans instalaban en la plaza pública y desde algún lugar remoto les hablaba a través de un video convocando el voto.
Así, ganó.
Después, sería dos veces diputado local y una vez diputado federal.
Y ahora, por ejemplo, secretario de Desarrollo Agropecuario, dos hermanos diputados federales, otro hermano presidente municipal de Tantoyuca, más la familia en cargos públicos del gobierno del estado en el norte de Veracruz.
Por eso, ninguna duda hay de que en la mirada de algunos panistas, los Yunes azules están con Joaquín Guzmán Avilés para presidente del CDE del PAN.
La elección será el once de noviembre.
“¡NO SE HAGAN BOLAS!”
Más todavía por lo siguiente:
Felipe Calderón Hinojosa buscaba la candidatura interna del PAN a la presidencia de la república en contra de Vicente Fox Quezada dueño del Poder Ejecutivo Federal.
Yunes Linares, en la cancha de Felipe Calderón.
Y en la región de Tantoyuca, Joaquín Guzmán apostó a Felipe Calderón a instancias de Miguel Ángel yunes Linares y ganaron Veracruz y “El chapito” dignificó al papá Yunes.
Y desde entonces, hay una deuda histórica de Yunes a “El chapito”, con todo y que “El chapito” con su fuerza económica, política y social y espiritual pues hasta a los curas y las monjas de su pueblo ha seducido tiene su capital propio.
Por eso, cuando Guzmán Avilés anda en campaña contra Pepe Mancha quien busca la reelección habría de reproducir la frase célebre de Carlos Salinas ante Luis Donaldo Colosio Murrieta como candidato presidencial:
“¡No se hagan bolas! ¡Guzmán Avilés es el bueno!
UN CACIQUE BUENO
Según su biógrafo Germán Yescas, subsecretario de Desarrollo Agropecuario, el jefe de la tribu panista en el distrito de Santiago Tuxtla, “El chapito” tiene otra gran virtud ante Pepe Mancha, acusado de tráfico de influencias y “de meter la mano al cajón” en la yunicidad:
Guzmán Avilés es un político, además de con capital político, social y económico propio y fuerte, que sabe escuchar y negociar y pactar.
Además, con un buen trato, profundo conocedor de la naturaleza humana.
Además, sin mancha como Pepe Mancha, tan manchado que ha salido, más manchado incluso que el resto de yunistas en el bienio azul.
Es más, según la versión germanesca, “El chapito” tiene amigos y de sobra en las filas priistas, pues lo respetan por su alta capacidad civilizatoria para cohabitar con tirios y troyanos.
Y por añadidura, cacique al fin, buen cacique, hombre de una sola pieza.
Alguna vez, Yunes Linares ha dicho que Guzmán Aviles es un cacique bueno, repitiendo la frase bíblica de don Rafael Hernández Ochoa sobre los caciques buenos y malos, y conste que don Rafael sabía de los hombres fuertes, pues él mismo lo era.
PEPE MANCHA, MANCHADO
Mientras “El chapito” ha servido a la yunicidad, Pepe Mancha la ha utilizado.
A, su esposita diputada local electa. B, su primito, presidente municipal de Tuxpan. C, su delfín, He Man Sergio Hernández, diputado reelecto.
D, sus negocitos en la SIOP del senador Julen Rementería del Puerto. E, su portalito digital con magnífico convenio en la LXIV Legislatura. F, sus negocitos en la dirección de Espacios Educativos, según publicara La Jornada-Veracruz, Jair García.
Y lo peor, ante la codicia desbocada, el Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, lo tiene con una mancha negra, negra, negra…, por más y más que Julen Rementería de desgarró las vestiduras para purificarlo por decreto de su palabra como si fuera palabra de Dios dominical en la iglesia de San Pedro y San Pablo, donde solía escuchar misa.
Pepe Mancha está manchado. “El chapito”, sin quedar atrapado en el pantano de Díaz Mirón.
Los vientos panistas así parecen soplar…
