Luis Velázquez
Veracruz.- Hay, dice el chamán, una guerra atroz, implacable, devastadora entre Zenyazen Escobar y Éric Cisneros y los suyos. Y en vez de pensar en el viaje sexenal de Cuitlalandia sueñan con el 2024. Quizá están seguros de la vieja cultura priista cuando un segundo después de tomar posesión el gobernador o el presidente de la república en turno, la sucesión iniciaba…
Iniciaba, claro, con una conspiración, llena de intrigas y puñaladas traperas y traiciones.
Por ejemplo:
El secretario General de Gobierno agarró de encargo al Fiscal y el secretario de Educación a su antecesor, Enrique Pérez Rodríguez.
“A tiro por viaje”, Cisneros denuncia, según él, la corrupción de la yunicidad y el duartazgo, y Zenyazen se ha ocupado en el mismo eje denunciando “aviadurías” en el COBAEV y enlodando más y más a la diputada Érika Ayala, dirigente sindical del Colegio de Bachilleres.
Cisneros ha pasado las semanas y los meses intimidando a los medios y Zenyazen ha incorporado a unos diez, se afirma en el trascendido, en la nómina y en cargos públicos.
Cisneros lucha por ganarse el corazón y el hígado de Cuitláhuac, igual, digamos, que Zenyazen.
Ellos creen, todo indica, están seguros, primero, de que Cuitláhuac decidirá por sus pistolas el candidato de MORENA a la silla embrujada del palacio de Xalapa, cuando el politólogo Ramón Benítez dice que “las últimas palabras” serán pronunciadas, y por otros caminos, por AMLO y/o también por su candidato presidencial.
Y segundo, ellos están convencidos que así, peleando por el cariño de Cuitláhuac, descarrilarían a los otros suspirantes, quizá aspirantes, por la nominación, entre otros, Norma Rocío Nahle García, Ricardo Ahued Bardahuil y Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
Por eso, la gente de Cisneros y Zenyazen andan en un tira-tira implacable, a tal grado que hasta se espían como, digamos, una pareja herida puede espiar a su presunta pareja infiel.
EL TERRORISTA DE LA SEV
Por ahora, Zenyazen vive obsesionado con “las aviadurías” en el COBAEV.
El viernes 7 de junio de nuevo arremetió en la cancha mediática. Incluso, hay quienes le llaman “El terrorista”, con todo y las cosas irónicas de la vida, pues de stripero en su lejana juventud habría pasado a terrorista, casi casi como el Gregorio Samsa de Franz Kafka cuando aquella mañana al despertar era un insecto colgado del techo de su casa.
Y mientras, dice, sigue documentando las denuncias penales para interponer en la Fiscalía, continúa raspando a la diputada priista en la cancha mediática, a tono, digamos, con la filosofía de Cuitlalandia donde se centran en el descrédito y el desprestigio político, social y moral de que todos los antecesores de MORENA son unos pillos y ladrones y todos los morenistas unos ángeles de la pureza.
Según Zenyazen, en su último viaje microscópico en los archivos descubrieron ochenta y ocho “aviadurías más”, pero con un dato insólito: de los 88 ninguno asiste a trabajar y checar el reloj de entrada.
Además, habla como parte del terrorismo puro, “de otras irregularidades”, es decir, “tirando la piedra y escondiendo la mano” como suele acostumbrarse en el mundo stripero del chismorreo y las tuitorreadas.
Más todavía y como parte del terrorismo árabe: dice que ya descubrió el presunto desvío de recursos federales con lo que, ni hablar, su R-15 mira hacia la Fiscalía General de la República y con lo que, y de entrada, estaría levantando la mira más arriba que Eric Cisneros Burgos con el caso, digamos, del Fiscal Jorge Wínckler.
El terrorismo político en contra del COBAEV bien pudiera tratarse de esquizofrenia, pues Érika Ayala habló, retó a Zenyazen y calló, digamos, con la frialdad cerebral para esperar programas.
Incluso, los acólitos de Zenyazen cumplieron ya un semestre denunciando presuntos ilícitos y vendiendo esperanzas de una justicia pronta y expedita y mejor documentada.
La más encendida fue la Contralora, Leslie Garibo, y al momento, sin un resultado. Y lo peor, el silencio, con todo y que la población electoral sigue hartándose del mesianismo protagónico donde la historia documenta que “quien no cae, resbala”.
Y FLORECIÓ LA CORRUPCIÓN…
El terrorismo de Zenyazen luchando contra Éric Cisneros por el 2024 bien puede considerarse una balandronada de la mejor o la peor estirpe, pues antes de cumplirse el primer semestre de Cuitláhuac la presunta corrupción ya floreció.
Primero, con la compra de las patrullas policiacas.
Segundo, con la compra de las ambulancias.
Tercero, con la compra de medicinas.
Cuarto, con el nepotismo que AMLO exhibiera en el tendedero público y llevara a Cuitláhuac para justificarse al desliz y resbalón de que su abuelita era traviesa.
Incluso, un pobrecito diputado local de MORENA aseguró sin pudor que hay cosas más importantes de que ocuparse para estar mirando a las patrullas, las ambulancias y las medicinas.
Zenyazen quiere el liderazgo en denuncias penales contra la yunicidad, en tanto la calidad educativa se revuelca más en el fango.
Bastaría referir que el director del Fondo de Cultura Económica, el escritor Paco Ignacio Taibo II dijo que en Veracruz hay medio millón de personas que no saben leer ni escribir.
Además, claro, de que de cada cien alumnos que egresan de la escuela primaria solo diez llegan a la universidad y solo uno se titula.
Por fortuna, ya tiene su orquesta filarmónica que toca salsa y su sindicato en una SEV repleta de organismos sindicales.
Las denuncias, pura palabrería, aun cuando Zenyazen y Cisneros creen abonar y fertilizar el corazón de Cuitláhuac para ganarse el 2024.
De aquí para entonces, a uno y otro les pasaría lo mismo que a Pedro Páramo en la novela de Juan Rulfo de que su cadáver (político) se “desmorone como un montón de piedras”.
A lo más que pudieran quizá, quizá, quizá, llegar dice el chamán mirando la bolita de cristal es a diputados federales o senadores por la vía pluri… y que en la mirada de AMLO sería suficiente.
Desde hace unos 80 años, el manual priista lo dice así: los gobernadores y legisladores federales son del presidente y los diputados locales, alcaldes, síndicos y regidores, del gobernador.
