Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca.— Como si fuera una escena repetida de una mala telenovela, la noche de este jueves la ciudad volvió a ser escenario de un ataque armado, esta vez contra integrantes del sitio de mototaxis “Ná Rosa Gón”. El saldo: un hombre sin vida y cuatro más lesionados, todo a unos metros de las vías férreas y de la parada hacia Rancho Gubiña, donde la inseguridad ya parece parte del paisaje urbano.
Los testigos narran que la reunión terminó en estampida cuando sujetos armados aparecieron sin invitación y comenzaron la agresión. El caos se dispersó por las calles: unos corrieron rumbo al mercadito 2 de Noviembre, otros se refugiaron en un laboratorio clínico y hasta hubo quien improvisó ambulancia, trasladando a un herido en un mototaxi azul, demostrando que en Juchitán los ciudadanos hacen más por salvar vidas que todo un sistema de seguridad pública.
El fallecido fue identificado como Juan Carlos S. M., de 40 años, vecino de la Cuarta Sección, mientras que los lesionados responden a los nombres de Felipe J. A., Gael S. M. y Juan G. B. L., además de una mujer cuya identidad permanece bajo resguardo. La esposa del occiso llegó al sitio, reconoció a su pareja y, entre la conmoción, se convirtió en la notaria involuntaria de la tragedia.
¿Y las autoridades? Llegaron tarde, como siempre: desplegaron cinta amarilla, levantaron testimonios y repitieron el libreto de siempre: “se iniciaron las investigaciones”. Ninguna estrategia preventiva, ni operativos previos en una ciudad donde los ataques se cuentan casi como los días de la semana. La seguridad en Juchitán es como el wifi público: dicen que existe, pero nadie la encuentra cuando la necesita.