Redacción El Piñero | Corresponsalía
El gobierno de Salomón Jara Cruz ha revelado que los recursos destinados al Binnibus se gestionarán a través de un fideicomiso, una decisión que ha suscitado críticas sobre la transparencia en el uso de fondos públicos.
Y es que esta iniciativa contradice la postura que en su momento defendió el ex presidente Andrés Manuel López Obrador que en 2020 dijo, entre sus promesas de campaña, no a los fideicomisos porque no hay transferencia en el manejo de los fondos.
Por su parte, Karina Gómez Esteban, directora general del Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano Binni bus Oaxaca, ha sostenido que esta medida busca “blindar” la tarifa social del sistema de transporte y todo será muy transparente ya que el dinero no caerá en Finanzas si no en una cuenta aparte.
Sin embargo, expertos advierten que los fideicomisos pueden convertirse en una herramienta para manejar grandes sumas de dinero con poca supervisión.
Actualmente, se reconoce que el costo del pasaje en el Binnibus es de 15 pesos, mientras que sólo se cobra 8, lo que implica que el gobierno subsidia 7 pesos por cada boleto. Este subsidio anual puede alcanzar casi 600 millones de pesos, fondos que se planean administrar fuera del escrutinio habitual del Congreso y la Auditoría.
La preocupación radica en que, aunque los recursos públicos normalmente deben ser fiscalizados, los fideicomisos permiten un control más laxo, lo que podría resultar en la creación de una “caja negra” financiera, favoreciendo el uso discrecional de los recursos.
A pesar de las afirmaciones del gobierno sobre promover la transparencia, opositores señalan que la implementación de fideicomisos podría reavivar prácticas opacas de administración financiera.
Así, el futuro del Binnibus, considerado un proyecto social importante, podría verse comprometido por la falta de claridad en el manejo de los fondos, lo que plantea interrogantes sobre la real intención detrás de esta nueva estructura financiera.